Morata de Tajuña, un pueblo al borde del colapso por el Covid-19
Este municipio del sureste de la región pidió el cierre de la hostelería y un confinamiento por la llegada de las fiestas. Sus calles lucen semivacías por miedo al contagio
Con el transcurso de los meses de verano, la temida segunda oleada de casos de coronavirus, ese enemigo invisible que no entiende de ámbitos urbanos o rurales, ha llegado antes de lo previsto. En la región, los casos se han ido duplicando día tras día, provocando que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso , anunciara una batería de medidas restrictivas, que entran en vigor este lunes, entre las que se encuentran el aumento de la distancia interpersonal en las terrazas, la supresión de festejos taurinos o la limitación a diez personas de las reuniones sociales, tanto en la vía pública como en entornos privados. Esta última medida la esperaba con los brazos abiertos Morata de Tajuña , una localidad de 7.500 habitantes al sureste de Madrid que, ante el peligroso avance del virus en los días precedentes en su municipio, decidió solicitar el confinamiento, el cierre de la hostelería y el retraso del inicio del curso escolar para frenar el incremento de casos.
Fue en concreto la Dirección del Centro de Salud local quien pidió el pasado martes un cierre preventivo, una medida extraordinaria que el Ayuntamiento morateño respaldaba , tras comprobar cómo en pocos días los contagios se habían duplicado , pasando de 33 a 65, con un centenar de pruebas PCR cuyo resultado «aún se desconoce», por lo que el número podría aumentar notablemente. Salud Pública no estimó su petición. «La Comunidad respondió inmediatamente y vio que tampoco era algo especial de Morata de Tajuña, realizaron una monitorización y vieron que los contagios estaban en grupos familiares y privados, pero que no había transmisión comunitaria, por lo tanto era innecesario el confinamiento o el cierre de los bares», explica a ABC el alcalde del municipio, Ángel Sánchez . Desde la Consejería de Sanidad señalan a este periódico que la localidad «no cumple criterios para recomendar medidas de limitación de movilidad» ni el cierre de la hostelería y restauración, ya que «la transmisión se está produciendo en el ámbito familiar y, en casos puntuales, el vínculo epidemiológico está en el ámbito laboral fuera del municipio» .
![Terrazas completamente vacías en el centro de Morata de Tajuña](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/09/06/morata-kQXE--510x349@abc.jpg)
Consultorios saturados
El regidor apela a la responsabilidad y a seguir las recomendaciones sanitarias del uso obligatorio de la mascarilla, el lavado constante de manos o el establecimiento de turnos y de distancia de seguridad. El problema, dice, reside en que eso no se lleva a cabo en todas las reuniones sociales. «Por familiaridad y por amistad se terminan relajando y es donde se producen los contagios», señala. En estos entornos han surgido la mayoría de los últimos positivos, demasiados para un Centro de Salud, ubicado en Perales de Tajuña, que atiende a consultorios de seis pueblos –entre ellos Morata de Tajuña y Tielmes–, y que hoy vive en una situación preocupante.
«Es cierto que han aumentado mucho los contagios en poco tiempo y la clave está ahora mismo en que no se propague más. El problema más grave que tenemos es que el consultorio del pueblo está funcionando muy mal. Por ejemplo, hoy (por el viernes) no tenemos consulta de mañana ni de tarde, porque uno de los profesionales del turno de tarde se contagió y han tenido que poner en cuarentena a todo el personal. Y uno de los sanitarios que vino a reforzar la mañana ha tenido que guardar también cuarentena por lo que nos hemos quedado sin médicos», alerta el alcalde morateño. «Están atendiendo con dos enfermeras y con un pediatra, si surge alguna urgencia tendrá que atenderla el Summa». Otro problema que detecta el primer edil es que los propios médicos están pasando consulta con «una plantilla reducidísima», y además tienen que realizar las PCR o labores de rastreo. «Es un trabajo de chinos y no les da el día, la Atención Primaria tiene muchas carencias ahora mismo y está provocando que el sistema de soporte del problema agrave dicho problema. El Centro de Salud está en colapso », lamenta Ángel Sánchez.
Con la primera barrera frente al virus saturada y las fiestas patronales en ciernes –pese a estar oficialmente suspendidas–, se ha producido un escenario que es un «perfecto caldo de cultivo» para que se disparen los contagios . «Al empezar las fiestas patronales, los amigos, las peñas y las familias se suelen juntar de una forma más o menos masiva y, aunque estén suspendidas este año, ante la posibilidad de que esto se produjera, estábamos preocupados por lo que pedíamos que se limitaran este tipo de reuniones a 10 personas. Pedíamos tener un instrumento que nos permitiera controlar estos grupos », explica el alcalde, que censuró hace días que ante lo que hubiese sido el comienzo de las fiestas, hubiera ciudadanos de Morata que, «desoyendo las recomendaciones sanitarias, tengan comportamientos poco adecuados que contribuyan a la propagación del virus». Aunque tiene la esperanza de que sus paisanos sean sensatos durante estos días. «Hemos detectado cierto movimiento, pero creo que con este repunte que ha habido la gente sabe que estamos en una situación crítica y esto va a hacer reaccionar a muchas personas recordando que estamos en medio de una pandemia. Si los ciudadanos cumplen no llegaremos a tener el problema de Tielmes», dice Ángel Sánchez, haciendo referencia a este pueblo aledaño, que termina hoy dos semanas de encierro voluntario.
Sin rastro de las peñas
![Imagen del interior de una peña de la localidad sin ningún joven dentro](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2020/09/06/pena-kQXE--220x220@abc.jpg)
Lo cierto es que recorriendo el municipio durante el primer día de «no fiestas» con el sol como acompañante, Morata de Tajuña se muestra tranquila, como ejecutando un confinamiento preventivo , tanto que las terrazas lucen semi vacías, algo que cuesta asumir a los hosteleros del lugar, un sector que ya ha sido golpeado duramente durante la pandemia y al que un grave repunte amenazar con rematar. «Si es por salud, si lo tienen que cerrar que lo cierren. La salud es lo primero. Pero yo no podría soportar un segundo cierre con todos los gastos que tenemos », explica Pilar, propietaria de dos bares contiguos ubicados en la plaza del municipio. Esta hostelera opina que los morateños están siendo responsables con la situación actual. «Las terrazas estarían llenas si hubiera sido un día normal de fiestas, la gente se lo está tomando muy en serio», dice. «Ahora estamos trabajando mal porque la gente con el miedo se autoconfinado sola como puedes ver» , se suma José Antonio apuntando a la terraza de la cervecería que regenta, prácticamente desierta. Este hostelero aplaude que desde el Consistorio hayan impulsado medidas como la desinfección mediante máquinas de ozono.
Por las calles del pueblo no aparecen vestidos coloridos repetitivos y los locales que actúan como escenario de los jóvenes durante las fiestas tienen el candado echado. Ni rastro de las peñas . Una joven residente en el municipio apunta que este año «no hay apenas locales para las peñas» por lo que los posibles encuentros entre jóvenes «se han desplazado a diversas fincas en los exteriores del pueblo». Otros morateños directamente creen que los jóvenes también han asumido que no es momento para celebraciones. El tiempo dictará la sentencia sobre la responsabilidad. Mientras, Morata continúa aguantando al borde del colapso por el Covid-19 .