Los momentos más lamentables del «circo» de la moción de censura a Cifuentes
Podemos sólo consiguió 27 votos para su propuesta; los votos en contra fueron más del doble: 64
La moción de censura contra Cifuentes que este jueves presentó Podemos en solitario, no sólo fue fallida -la votaron sólo sus 27 diputados. Casi tres veces menos de quienes pulsaron el botón del «no»: 64. El PSOE (37 votos) se abstuvo- sino que acabó convirtiendo la Asamblea de Madrid en un circo en el que los diputados se dijeron palabras más que gruesas.
El PP acusó a Podemos de convertir ese acto en un «show». La estrategia que siguieron los populares para desbaratar la iniciativa de la formación morada se basó en un artículo del Reglamento de la Cámara que habilita a los miembros del Gobierno a intervenir en el debate cuando lo consideren. Todos lo hicieron, interrumpiendo con ello el ritmo del debate y alargándolo varias horas sobre lo previsto, para desesperación de Podemos y entre la estupefacción de ellos y de los diputados socialistas y de Ciudadanos.
Los responsables de la formación morada llegaban a primera hora de la mañana a la Asamblea arropados por el máximo líder nacional, Pablo Iglesias , y otros cargos como Íñigo Errejón, Pablo Echenique o Irene Montero. Llegaban con la convicción de que la moción de censura les convertiría en los protagonistas del día.
Espinar citó a Roosevelt: «La principal tarea de la política es eliminar la alianza entre negocios corruptos y políticos corruptos»
Su discurso, en el que acusó directamente a Cifuentes – «usted es una rana más de la charca de la señora Aguirre »–, sentó las bases de lo que Podemos había programado para la jornada. Pero el PPno estaba dispuesto a dejarse machacar sin responder. Y puso en marcha una estrategia: sus consejeros comenzaron a pedir la palabra. Todos ellos. Una actitud que desconcertó a la bancada de Podemos.
Interpretación partidista
La maniobra popular fue muy criticada por la oposición en pleno, que la consideró una interpretación partidista del Reglamento de la Cámara y un caso de «filibusterismo», como dijo el socialista Modesto Nolla. Él y otros miembros de la Mesa de la Asamblea de Podemos y Cs salieron del pleno como queja.
Ciudadanos fue el primero de reaccionar ante la táctica del PP: tras cada intervención de un miembro del Gobierno, se abría según el reglamento un turno de réplica en el que pueden intervenir todos los otros grupos políticos . Ciudadanos renunció a él. PSOE y Podemos dejaron de contestar cuando vieron que no era un caso aislado, sino la intervención programada de todos los consejeros.
La presidenta Cifuentes defendió ante la prensa el derecho de su Gobierno a intervenir en el debate, «ante el intento de Podemos y el PSOE de amordazarnos». Ossorio, portavoz del PP , explicó que en la moción de 1989, el PSOE, entonces en el Gobierno, hizo intervenir a los consejeros «Ramos, Espinar, Mangada y Sabando». «No es el mismo reglamento», replicó el socialista José Manuel Franco. Ángel Gabilondo (PSOE) coincidió en que se estaba «desnaturalizando el reglamento».
Propuestas
Ruiz-Huerta , candidata a la Presidencia, planteó propuestas para revertir los recortes en sanidad y educación; una reforma fiscal que baje impuestos a la mayoría social y se lo suba a «los que más tienen»; «empleos verdes» con el fomento de actividades como las energías renovables; facilitar la tramitación de la Renta Mínima; o cubrir todas las plazas de funcionarios de Justicia, entre otras medidas.
Recriminó a Ignacio Aguado (portavoz de Ciudadanos) que haga «encaje de bolillos» para «apoyar al PPpor la mañana y criticarle por la tarde». Aguado exigió a Podemos un «programa que se pueda cumplir y pagar », y se lamentó de la pérdida de tiempo de una moción abocada al fracaso.
Al PSOE, la candidata le reprochó que no hubiera unido sus votos a los de Podemos: «Al haber una diputada del PPde baja, podríamos haber empatado esta moción».
«Banda de saqueadores», «partido de pederastas y traficantes» o «Cristina I la loca» fueron frases que se escucharon en el pleno