El misterio del dios Amón custodiado en el Templo de Debod
Salvado de las aguas de la presa de Asuán en 1970, el ensamblaje del santuario egipcio trajo su propia leyenda
En el Libro de los Muertos , el conjunto de textos funerarios del antiguo Egipto , el dios Amón -padre de todas las deidades- asume la apariencia de un gato . Un felino que, según la imaginería popular, al caer la noche, suele pasearse por el Templo de Debod (calle Ferraz, s/n), el santuario que el rey nubio Adijalamani de Meroe ordenó levantar en su honor al sur del país africano hace más de 2.200 años.
Con la puesta en servicio de la presa de Asuán , en 1970, el templo permaneció nueve meses bajo las aguas del río Nilo . Ante la inquietud de los arqueólogos, la Unesco localizó, excavó y trasladó veinticuatro de estos monumentos a ubicaciones más seguras; cuatro de ellos fueron donados a los países que colaboraron en el rescate: a España, el de Debod, el más grande y valioso de los cuatro; a Estados Unidos , el de Dendur; a Italia , el Ellesiya; a Países Bajos , el de Taffa. Solo el de Madrid permanece al aire libre. Todos están bajo techo: en el Metropolitan Museum de Nueva York, en el Museo Egipcio de Turín y en el Museo de Leiden.
El templo se desmontó y se trasladó piedra a piedra hasta el puerto de Alejandría. Allí se embalaron los 1.300 sillares en cajas y se transportó en el barco de vapor Benisa , según los datos recopilados en la Asociación de Amigos de la Egiptología y el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. Un plano del Templo y un croquis con los alzados con una numeración que representaba el orden correspondiente de los bloques en la fachada. La reconstrucción no fue sencilla ya que algunas piezas se tuvieron que rehacer con piedra salmantina por su deterioro.
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