Miércoles Santo: la lluvia cambia el paso a Los Gitanos

Las hermandades del Miércoles Santo tuvieron que regresar al poco de salir, para disgusto de costaleros y nazarenos

Adrián Delgado

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Los nubarrones pusieron ayer el corazón en un puño a quienes, cobijados en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, esperaban impacientes su encuentro con el Miércoles Santo. La lluvia cesó antes de las 20.15 horas. «Sacamos a Nuestro Señor a pesar de la amenaza de lluvia», confirmaba a los costaleros Julio Cabrera, el hermano mayor de Los Gitanos. Salió. Lo hizo en una de las maniobras más espectaculares que se recuerdan en el pórtico de la calle de la Salud, por el que sale la talla de Nuestro Padre Jesús de la Salud. Salió mirando al cielo para saber si los aires de sevillanía que le acompañan despejaban el cielo. Pero no hubo suerte.

En menos de una hora, llegados a la Puerta del Sol, la Junta de Gobierno de la hermandad madrileña decidía dar la vuelta a sus imágenes, no sin antes hacer la ofrenda floral a las víctimas del 11-M. El palio de María Santísima de las Angustias recorrió aún menos calle. Girando, apenas tocada la calle del Carmen, regresó al templo y cambiando el paso a Los Gitanos. El Señor siguiendo a su Madre, en una escena muy poco frecuente en una procesión. La emoción, contenida hasta que las tallas estuvieron a salvo, estalló en el interior de la parroquia. De rodillas, llorando, los costaleros daban gracias por haber podido «disfrutar un poquito» de su Semana Santa. «Sabe a muy poco. Son muchos meses de ensayos. Mucha emoción contenida en una espera muy larga», se lamentaban quienes acaban de poner a salvo sus imágenes titulares.

Para su consuelo, los centenares de personas que ayer se agolparon a las puertas de la parroquia del Carmen coincieron en que la salida del Cristo fue «espectacular». «La han sacado mejor que nunca», aseguró, en primera fila, una de las fieles devotas de esta procesión. La agrupación musical Santa Marta y Sagrada Cena de León recibió al paso con el Himno de España. La marcha «La Saeta» acompañó, entre aplausos, la «levantá» y la «revirá» con la que inició su recorrido. «¡No se puede hacer más bonito!», gritó alguien entre el público.

La lluvia rozó el terciopelo burdeos de la túnica, color de la sangre de sus manos, y su monte de claveles rojos y lirios en la larga «chicotá» desde Sol. El palio María Santísima de las Angustias, apenas se mojó. Ambas imágenes, obra de Ángel Rengel en 1998, son ya todo un símbolo para los madrileños que no renuncia a sus ecos hispalenses. El cardenal Carlos Osoro se acercó a la iglesia del Carmen a apoyar a sus cofrades.

En la plaza de San Andrés, la Hermandad del Santísimo Cristo de Las Tres Caídas y Nuestra Señora de la Esperanza lograba, a medias, otro de sus hitos estrenándose como cofradía en su segunda estación de penitencia. La más joven de las procesiones de Madrid realizó una brevísima incursión en las calles del Madrid de los Austrias. El pequeño cortejo de nazarenos que estrenó ayer con orgullo apenas pudo acompañar al paso del Santísimo Cristo de las Tres Caídas hasta la calle del Nuncio. Cubierto con un chubasquero y a toda velocidad, la talla del imaginero Antonio José Labrador regresó a la iglesia de San Andrés a las 21.40 horas. Su banda de cornetas y tambores prolongó sus marchas, ya en el interior del templo, mientras las lágrimas corrían por las mejillas de los miembros de la hermandad.

Jueves Santo

La previsión del tiempo amenaza seriamente los días grandes de Pasión que alcanzan hoy su clímax con dos de las hermandades más queridas de la capital. Con la vista puesta en el cielo, los madrileños desean poder ver, un año más, la espectacular salida de los anderos de la Hermandad de Jesús El Pobre por la puerta de San Pedro el Viejo. Si la lluvia lo permite, la talla dieciochesca saldrá rozando el dintel para escuchar la saeta que los cantaores Lela Soto y Rafael del Zambo le cantarán desde un balcón frente al número 14 de la calle del Nuncio. Detrás saldrá María Santísima del Dulce Nombre bajo su palio. Una hora después, esperan poder hacer lo mismo El Gran Poder y La Esperanza Macarena en la Real Colegiata de San Isidro.

A las 19 horas, el Divino Cautivo de Benlliure tiene previsto salir del colegio Calasancio de los Padres Escolapios para adentrarse por las calles del barrio de Salamanca.

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