Mayer «incendia» el nuevo plan de Memoria Histórica tras ser desautorizada por Carmena
La edil responde a Paca Sauquillo: «No hay concordia mientras sigan existan muertos en las cunetas»
Apenas veinticuatro días ha aguantado callada la concejal de Cultura y Deportes, Celia Mayer, sobre el asunto de la Memoria Histórica . La decisión de la alcaldesa, Manuela Carmena, de despojarla de las principales responsabilidades del área municipal (su papel ha quedado en la práctica reducido a ser testimonial) por su desafortunada gestión en distintas crisis ha ido larvando un incendio entre ambas que ayer estalló: la exokupa metida a edil de Gobierno por obra de los tuits de Guillermo Zapata publicaba en su cuenta de Facebook un texto poniendo en valor su hoja de ruta inicial.
La misma que su jefa de filas desechó, dejándola en evidencia y colocando a la histórica socialista Paca Sauquillo , con un bagaje político e intelectual mucho más consistente que el de Mayer y una visión del asunto menos sectaria y revanchista. De hecho, en su «post», la concejal adjuntaba una reciente entrevista a «eldiario.es» en la que Sauquillo, amiga desde hace décadas de Carmena, habla así de la gestión de la edil: «La concejala, por precipitación, se equivocó . Alguno quizás se pudo equivocar por falta de conocimiento. No puedes tener a toda la ciudad en vilo. Y si quitas una calle tiene que ser atendiendo a la ordenanza de 2013. Los medios publicaron algunos errores, y me parece que los hubo, por precipitación o por falta de conocimiento o consenso ».
Una crítica en toda regla que Mayer, miembro de Ganemos (una de las siglas del sector más radical de Ahora Madrid), no ha sabido encajar . Por lo pronto, en su red social manifestaba ayer que «para que se produzca una política pública de memoria realmente democrática es necesario entender que esto no es posible sin la participación y que el proceso de revisión histórica de la Guerra Civil y la dictadura debería seguir las directrices de derechos humanos marcadas por las organizaciones internacionales».
Sauquillo, sin embargo, aunque se abre a la participación ciudadana, afirma que hay riesgo de que el «sistema asambleario sea negativo» y que «no se puede improvisar» en este asunto. El puntal de su línea de trabajo será una comisión de expertos en la que se integren profesionales propuestos por los cuatro partidos del arco municipal: «Personas competentes y externas, ni concejales ni cargos públicos». Habla, incluso, de reunir a historiadores y cronistas conservadores y progresistas, sin menoscabo de contar con el asesoramiento de asociaciones de la Memoria Histórica.
La idea de Celia Mayer era mucho menos interdisciplinar y transversal ideológicamente, con un modo de trabajar «asambleario» (las palabras de Sauquillo al respecto no eran gratuitas) heredero del 15-M; lo que hacía presumir un largo trayecto hasta llegar a una conclusión. Pero la que fuera europarlamentaria y abogada laboralista parte de una premisa muy distinta: «No podemos estar todo el tiempo hablando de las calles. Esta propuesta no es para crisparnos más, ha de ser lo mejor para Madrid ».
«No todos los vestigios»
Las diferencias irreconciliables entre ambas posturas son manifiestas también cuando Sauquillo (que sí vivió y padeció la dictadura de primera mano ) no se muestra partidaria de retirar todos los vestigios franquistas ; y Mayer mantiene que «no hay concordia ni reconciliación posible mientras siga habiendo muertos enterrados en las cunetas».
Un discurso que va más allá, al pedir que se depuren responsabilidades políticas sobre lo ocurrido en aquellos años. Afirma la concejal de Carmena que la herida no se cerrará «sin que el Estado reconozca institucionalmente los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante la guerra civil y la represión en el franquismo; en definitiva, sin que se produzca un p roceso de justicia y de reparación como ha sucedido en tantos otros países europeos y latinoamericanos».
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