«Más cerca de La Coruña que de la Puerta del Sol»

La Fundación Guerrero celebra el nonagésimo aniversario de la construcción del Teatro Coliseum con una exposición en el Museo Cerralbo

Vista cenital del patio de butacas del Teatro Coliseum ABC
Julio Bravo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«¡Es un descampado espantoso! Queda más cerca de La Coruña que de la Puerta del Sol». La frase la escuchó el compositor Jacinto Guerrero cuando se conoció su intención de construir un teatro en la que entonces era la avenida de Eduardo Dato, en el último tramo de la Gran Vía, junto a la Plaza de España. Corría el año 1931, y el autor de zarzuelas como 'Los gavilanes' y 'El huésped del sevillano' compró un solar para levantar en él un teatro que pudiera albergar grandes espectáculos musicales: el Teatro Coliseum .

La nueva sala, diseñada por los arquitectos Fue diseñado por los arquitectos Casto Fernández-Shaw y Pedro Muguruza , abrió el 10 de diciembre de 1932. Su construcción, que comenzó el 20 de enero de 1931, fue muy accidentada -se sucedieron hasta 193 huelgas- y le generó al compositor una deuda de 6 millones de pesetas, lo que hizo que se conociera al teatro como «el cementerio de Guerrero».

Con motivo del nonagésimo aniversario de la construcción del edificio, la Fundación Guerrero ha organizado en el museo Cerralbo una exposición titulada ' El Coliseum: fantasía arquitectónica ', con la que quiere dar a conocer uno de los más emblemáticos edificios de la Gran Vía madrileña.

«La mirada a Nueva York y sus rascacielos definió el sentido vertical de la construcción, apreciable en su fachada, estrecha, desnuda y aparentemente modesta en el entorno monumental de la Gran Vía madrileña -explica Alberto González Lapuente, comisario de la exposición-. La planta del edificio, forzada por la singularidad del solar, es un ejercicio de habilidad constructiva . El Coliseum fue también un proyecto integral. La participación de los arquitectos se aprecia en detalles decorativos próximos al art decó y en la integración de elementos de vanguardia como los muebles de acero tubular. El trazado de limpio expresionismo de la arquitectura del teatro contrasta con otros elementos de carácter costumbrista que aportan al total un eclecticismo derivado de la participación de dos arquitectos con personalidades bien marcadas».

ABC describía así la inauguracón del Coliseum en su edición del 11 de diciembre de 1932: «Ayer tarde se celebró la inauguración del nuevo teatro Coliseum en la Avenida de Eduardo Dato, último trozo de la Gran Vía. En Coliseum ha puesto su propietario, el maestro Guerrero, todos sus amores y buena parte de sus pesetas , y los arquitectos Sres. Muguruza y Fernández-Shaw toda su ciencia y todos sus desvelos. Naturalmente, con todos estos factores tenía que resultar un producto estupendo. Y así ha ocurrido. Empezó a entrar público hasta llenar el teatro, y cuenta que caben muchísimos espectadores. ¿Dos mil o así...? Pues todos ellos se congratularon de que Madrid posea este nuevo teatro, que es elegante y alegre, amplio y de buen tono».

La exposición sitúa el nacimiento del Coliseum en el contexto de la expansión de la zona -la Gran Vía se había terminado de construir poco tiempo antes, y el teatro vivía una pugna con el creciente cinematógrafo-, relata las vicisitudes de su construcción y recorre sus diferentes etapas : en los años 50 el cine, presente desde su apertura, pasó a copar su actividad, y en el siglo XXI volvió a su condición de teatro, albergando grandes musicales.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación