Mala Rodríguez: «El coronavirus me ha partido en dos, pero nos salvará la creatividad»
La rapera andaluza presenta este jueves su nuevo disco, «MALA», en el espacio Abre Madrid de Ifema

Siete largos años han pasado desde que Mala Rodríguez nos entregara su último trabajo, «Bruja», y aunque en todo este tiempo no ha estado ni mucho menos ociosa (ha dado docenas de conciertos y ha lanzado múltiples singles y colaboraciones), sí que se le ha acabado echando un poco de menos. Especialmente en la escena del rap, cuyo trono aún ostenta y que ahora se presta a defender con más fuerza que nunca gracias a un poderosísimo nuevo disco, «MALA» , que presentará mañana jueves en el espacio Abre Madrid de Ifema (22 h., 25-40 euros).
¿Ya tocaba titular un disco con su nombre?
Dicen que si eres músico, en algún momento tiene que llegar el disco homónimo. Y yo me siento más fortalecida que nunca, a nivel físico, mental y espiritual. Siento que he dado la vuelta completa, y me siento con mucha confianza y mucho orgullo.
Hacia el final del disco habla de eso, de que ha alcanzado una culminación.
Para mí la música es vida, y yo comparto mi música, y por tanto mi vida, con el público. Le cuento lo que pienso, lo que me pasa, y ahora creo que lo hago mejor que nunca. Después de todos mis logros y de todos mi líos, esto es lo que soy ahora.
Sin embargo, su disco empieza con un tono oscurísimo, con una canción que se llama «Nuevas drogas». ¿Cómo surgió?
Hay veces que tengo una melodía en la cabeza y después le pongo letra. Y en esta ocasión la melodía no era mía. Conocí a un chico en Soundcloud, la plataforma donde se pueden compartir canciones y demás, y él había escuchado mi canción «Gitanas». Yo no le conocía de nada y no había escuchado su música, así que le dije que me mandara unos «beats» (ritmos), y me mandó una carpeta llena de bases increíbles. Elegí uno y dije: «Así va a empezar el disco». Él es de París o de Lyon… No me acuerdo, pero es francés. La canción habla de búsqueda, de encontrar nuevas cosas que te motiven, y cuando en la letra hablo de Dios, hablo de la felicidad, de la sensación de paz.
¿Cómo le ha afectado el coronavirus?
Pues me ha partido en dos. Y a todo mi equipo, imagínate, con todos los conciertos que se han suspendido. También iba a rodar un documental, que espero que se retome pronto, y muchos otros proyectos que ahora mismo están parados. Pero la creatividad nos va a salvar, ya lo verás. Hay que ir para adelante, porque creo que esto no puede durar mucho más. Siempre peco de positiva.
Como ganadora del último Premio Nacional de Músicas Actuales, ¿qué le diría al Ministerio de Cultura sobre la situación actual de su industria?
Que se tiene que poder hacer algo más por los sectores más desfavorecidos. Hay muchas personas que están siendo olvidados, técnicos, bailarines, promotores… No debe de ser fácil, desde luego, pero necesitamos que nos escuchen. Eso sí, lo primero es la gente que no tiene ni para comer. No podemos dejar a nadie atrás o nos arrepentiremos.
¿De qué va el documental que ha mencionado?
Va sobre el disco «Lujo ibérico». En octubre se cumplirán veinte años de su lanzamiento, y están preparando algo muy chulo. Es muy interesante, porque para mí ese disco fue… Cuando lo pienso, me doy cuenta de que es verdad de que fue como el disco de Triana, el grupo de Sevilla que hacía rock progresivo, pero que cantaba en andaluz, y fue algo nuevo.
Ha tenido varios colaboradores en el disco, ¿cuál le ha sorprendido más?
Al que menos conocía es a Guaynaa. Nos hemos hecho muy amigos, porque es un tío muy culto e inteligente, la gente tiene un cliché muy fuerte con los reguetoneros. Él es un crack, y también viene del hip-hop. También me gustó mucho tener a Big Freedia, que fue la que empezó con todo lo de twerking en Nueva Orleans.
De ahí que su frase sea: «Yo hablo con el trasero».
(Risas) Sí, exacto. Cuando lo hizo me recordó a Ace Ventura (risas).
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