Majadahonda, la otra fiesta del Rayo

Cientos de personas celebraron con la plantilla el histórico ascenso a Segunda

Una multitud de aficionados arropa al Rayo Majadahonda, ayer por la tarde ISABEL PERMUY
Aitor Santos Moya

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Entre aplausos y vítores, Majadahonda recibió ayer a sus nuevos ídolos en un emotivo homenaje que se prolongó hasta última hora de la tarde. La plantilla del club, con los dos capitanes, el míster y el presidente a la cabeza, celebraron junto a su afición el histórico ascenso a la división de plata del fútbol nacional. «Y los del Rayo, son de segunda, ¡oh bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao!», cantaron todos al unísono en la Plaza Mayor de la localidad, abarrotada hasta la bandera por cientos de majariegos.

Los actos comenzaron a las 19 horas cuando el equipo franjirrojo partió del estadio Cerro del Espino -en el que comparten terreno de juego como locales con el Atlético de Madrid B y el Atlético de Madrid Femenino- en un autobús que les trasladó hasta el centro del municipio. Una vez apeados del vehículo, la plantilla recorrió parte de la Gran Vía a pie en medio de una masa enfervorecida que coreó el nombre de todos sus jugadores.

Tras este primer paseíllo triunfal, fueron recibidos en la Plaza Mayor -enclave donde se levanta el Ayuntamiento- por el alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá , quien salió a su encuentro en la propia calle. «Estoy impresionado y emocionado por lo que ha hecho el club. El ascenso no es solamente algo histórico , sino que reportará mayores ingresos para la hostelería y los comercios y, además, nos va a colocar en el mapa», explicaba a este periódico antes de los festejos.

El regidor remarcó el mérito consciente de que el Rayo Majadahonda posee 250 socios y «su presupuesto total puede ser lo que gane un solo jugador del Atlético de Madrid B o el Real Madrid Castilla». «Y si a eso le añades que tienen que entrenar por la tarde porque la mayoría trabaja o estudia por la mañana, te das cuenta de la proeza conseguida», subrayaba sin saber aún si será el Consistorio quien se encargue de sufragar la ampliación del estadio -actualmente tienen capacidad para 3.367 personas- hasta llegar a las 6.000 localidades , el mínimo exigido para jugar en Segunda división.

«Si lo tuviéramos que hacer nosotros tampoco supondría un problema porque es una estructura que se quedará siempre en la localidad y cuyo desembolso no pasaría del millón de euros », revelaba De Foxá al tiempo que esgrimía que la única ayuda otorgada hasta la fecha al club es un pequeño convenio de unos 100.000 euros al año, destinado en exclusiva a su escuela deportiva.

Minuto 97

La fiesta tuvo lugar cuatro días después de una gesta que ni el mejor guionista de Hollywood hubiera nunca imaginado. «Fue increíble, mi padre estaba en el campo y le llamé al acabar el partido. No le salía la voz», comentaba Jorge a los pies del balcón del Ayuntamiento. Como él, una multitud de seguidores arroparon al Rayo («el año que viendo subimos a Primera para que haya derbi de Rayos », jaleaba un grupo) en una celebración que podría extenderse si vencen al histórico Mallorca -el otro conjunto que también ha subido de categoría- en la final a doble partido que dirimirá el título honorífico de campeón de Segunda B.

En cada plaza, parque o cafetería, el ascenso del Rayo ha sido la comidilla durante toda la semana. «Todo el mundo habla de la machada que han logrado estos muchachos», asentía sonriente el alcalde. La emoción del minuto 97 , en el que un jugador del Cartagena marcó en propia puerta el gol decisivo de la eliminatoria, continua latente en la memoria de todos. «Lo daba ya por perdido, pero llegó el gol y me dieron ganas de dar un salto tremendo. Aunque tuve que guardar las formas, lógicamente», recordaba De Foxá, con la frase que le dijo después el presidente del club todavía muy presente: «Me dijo en tono de broma, “alcalde estamos en segunda y en menudo lío nos hemos metido tú y yo”».

A falta de una semana para el fin de la temporada, Majadahonda festejó por todo lo alto su particular «Champions League» . «Ni el gol de Sergio Ramos en la final de Lisboa ni nada», exclamaba un joven antes de abandonar la Plaza Mayor. Tras saludar desde el Ayuntamiento, cada miembro de la expedición del Rayo recibió una placa por parte de la corporación municipal. No será el único tributo. Contra el Mallorca, los jugadores serán homenajeados sobre el mismo césped en el que trazaron la leyenda del «97».

Majadahonda, la otra fiesta del Rayo

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación