El Madrid de Machado: ruta por el ‘rompeolas’ que embelesó al escritor
El itinerario incluye una decena de lugares frecuentados por el poeta y permitirá obtener un diploma
Llegó a Madrid con solo ocho años, procedente del Palacio de Dueñas sevillano. Sin saberlo, el pequeño Antonio Machado , que ingresó en la Institución Libre de Enseñanza, grabaría su nombre en la historia literaria española, convirtiéndose en uno de los escritores más leídos de la Generación del 98 y dejando sus huellas en varios rincones de la capital, su ‘rompeolas’. Madrid lo embelesó y así lo demostró en la revista Hora de España, donde escribió en 1936: «¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena , rompeolas de todas las Españas! La tierra se desgarra, el cielo truena, tú sonríes con plomo en las entrañas». La ciudad le devuelve ahora el piropo, organizando una ruta –a través de la Red de Ciudades Machadianas , de la que Madrid tiene la presidencia este año– por los enclaves que recorrió.
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La travesía, una guía libre que los visitantes pueden organizar a su gusto desde hoy, se inicia en el que fue el primer domicilio de la familia: un piso interior situado en el número 16 de la calle de Claudio Coello en el que pusieron sus zapatos por primera vez en 1883. El enclave de estos «beduinos urbanos, siempre dispuestos al traslado», tal y como los definió Ian Gibson, fue elegido por su proximidad a la Institución Libre de Enseñanza, ubicada entonces en la calle de las Infantas, 42, donde Machado comenzó a formarse.
El centro fue un proyecto pedagógico con gran repercusión en la vida intelectual española, fundado por Laureano Figuerola, Francisco Giner de los Ríos y Nicolás Salmerón. A los tres se los había expulsado –o separado– de la universidad por defender la libertad de cátedra y negarse a seguir cualquier dogma religioso, político o moral.
Seis años después, en el curso 1889-1990, Machado se matriculó en el Instituto Cardenal Cisneros (calle de los Reyes, 4). Sus calificaciones todavía se guardan en el archivo y los paseantes podrán descubrir cuántas y cuáles asignaturas suspendió el poeta cuando no era más que un adolescente.
Mudanzas
La céntrica calle de Fuencarral fue el escenario de las desdichas familiares de los Machado en Madrid. Su padre, Antonio Machado Álvarez, murió en 1893 y ellos se vieron obligados a trasladarse del número 46 al 98 en busca de un alquiler más económico . Poco después perdió la vida su abuelo, provocando una nueva mudanza a una casa más barata, situada en el número 148 de la vía.
La ciudad y sus vivencias inspiraron a Machado para escribir buena parte de su obra, basada también en los cafés y teatros . Fue un activo usuario de la Biblioteca Nacional en cuyos jardines hay una copia de la serie de cabezas realizadas por el escultor PabloSerrano. En los de La Moncloa, desde 1928, se encontró con Pilar de Valderrama, Guiomar en sus versos, con quien vivió un amor secreto.
Asiduo a las tertulias, frecuentaba sobre todo el Café Comercial , el Varela, el Español o el desaparecido Café de las Salesas (Conde de Xiquena, 17). También participó en la adaptación de ‘Hernani’, de Víctor Hugo, para el Teatro Español junto a su hermano Manuel, cosechando tanto éxito que provocaría su lanzamiento como autores teatrales.
El último domicilio que habitó en Madrid, en la primavera de 1917, fue el número 4 de la calle del General Arrando, desde donde partiría al destierro.
La ruta incluye también, para todo el que quiera, ciudades como Sevilla, Soria, Baeza, Segovia, Rocafort, Barcelona y Colliore. En cada sitio se otorgará un sello para completar un pasaporte ‘machadiano’ –que se firmará en las oficinas de turismo– y obtener un diploma acreditativo de la realización de esta suerte de viaje literario que demuestra que el camino se hace al andar.