ENTREVISTA

«Madrid Central se está probando en el peor momento, y le falta análisis»

Juan Pablo Lázaro, el presidente de los empresarios madrileños, propone trasladar las fiestas a lunes o viernes

Es partidario de subir los salarios, pero avisa: «Si los empresarios tienen miedo a contratar, no contratamos»

Juan Pablo Lázaro, presidente de CEIM IGNACIO GIL

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Juan Pablo Lázaro es el presidente de la patronal de los empresarios madrileños (CEIM), la única organización que ha conseguido, hasta ahora, retrasar al menos por unos días la puesta en marcha de Madrid Central, el plan para restringir el tráfico privado en el centro.

Habló con Carmena de Madrid Central ¿qué le dijo?

No tenemos ninguna queja ni con la alcaldesa ni con su equipo de Gobierno, estamos en diálogo permanente, y sentados en todas las mesas con ellos. Otra cosa es que con la conclusiones de esos diálogos estemos de acuerdo o no. El modelo de ciudad no sirve: hay que cambiarlo. Tenemos que hacer ciudades donde se viva, se trabaje, de forma mejor y más cómoda para el ciudadano. Y nos preocupa el tema del medio ambiente porque además de empresarios, somos ciudadanos. Si queremos analizar y hablar de la ciudad del futuro, tenemos que hacerlo con datos. Hay una máxima en empresa: lo que no se mide, no se mejora. En el diagnóstico estamos todos de acuerdo. Hay que mejorar el modelo de ciudad. En lo que no estamos de acuerdo es en la terapia.

¿Cuál es el problema?

En Madrid Central hay dos tipos de personas: las que pasan por allí y las que van. Respecto a las que pasan, Madrid tiene tres arterias principales: la Gran Vía, los puentes de Raimundo Fernández Villaverde y la Castellana. En cuanto se aisle una de esas zonas, vamos a tener un problema importante. El tráfico en Madrid se está ralentizando muchísimo. Hay más atascos, y eso produce más polución. En el momento en que cortes una de esas arterias principales, los coches no van a dejar de venir, sino que van a utilizar vías aledañas. Hay que buscar una solución a los que pasan, y fórmulas alternativas. Y luego, están los que van: hay que analizar los coches que entran, los que salen, el tiempo que están... requiere un estudio profundo.

Consiguieron retrasar unos días la puesta en marcha del plan

Agradecemos al Ayuntamiento que retrasaran el inicio hasta después del Blakc Friday, como le pedimos, porque el Black Friday no es un tema de e-commerce, afecta a todos: hasta había un despacho de abogados que proponía un plan especial de divorcios en el Black Friday. Hay mucha gente esperando hacer sus compras ese día. Haber adoptado esta medida en el Black Friday habría sido suicida. Lo segundo que pedimos fue alargarlo a después de Navidad. Hacer una prueba de este tipo en Navidad es como si tu mides la profundidad de un río con los dos pies a la vez; es muy arriesgado. Ellos te dicen que no sancionan desde febrero, pero intuimos que puede presentarse este caos.

No les gusta la filosofía del plan?

Nosotros no estamos en contra de que haya cierres de calles o calles peatonales, y es verdad que ha habido experiencias favorables como Fuencarral. Pero cuando cierras un área demasiado amplia, existe un riesgo de que la gente no venga. Nos hubiera gustado que detrás del proyecto hubiera un análisis mucho más profundo. Estamos hablando de sectores que son absolutamente claves para la economía madrileña: restauración, hoteles, ocio, cultura, turismo, comercio... Es una apuesta innecesariamente arriesgada. Se podía haber hecho en una época menos comprometida, y de una forma más escalonada. El modelo de Madrid Central no nos gusta por la falta de análisis y porque creemos que se está probando en el peor momento. Nunca en una empresa se hubiera tomado una decisión así. Es una medida con la que no podemos estar de acuerdo. Lo que hemos dicho al Ayuntamiento es que esto puede tener unas consecuencias malas para lo que nosotros representamos.

El presidente de la patronal propone ser más rápidos en la toma de decisiones IGNACIO GIL

¿Es preocupante el parón de desarrollos urbanísticos en la capital?

A mí quien gobierne me da igual; lo que quiero es que el gobierno aplique medidas que mejore la competitividad de las empresas. Ha habido frenazo en determinados planes, como la Operación Chamartín, pero también estaba parado antes. Hay que agilizar los temas, tenemos que ser mucho más rápidos para tomar decisiones.

¿Cómo mejorar la promoción turística?

Hay que promover el turismo: en Madrid hay que dejar de despachar y hay que empezar a vender, y utilizando nuevas tecnologías como Facebook, Instagram, etc. Hay muchas formas de dirigirnos a la gente que no sean convencionales. Detectamos que hay turistas que visitan Londres y compran, visitan París y compran, y llegan a Madrid y sólo visitan, cuando nostros tenemos un tejido comercial que es de primerísima calidad. Hace falta que las embajadas sean rápidas: un visado en China para ir a Alemania la embajada lo tramita en 24 horas, y la nuestra puede tardar 20 días.

¿Y los congresos?

Hay que poner en valor Ifema, que es un cañón. Ifema es una de las tres ferias más importantes del mundo. Hemos propuesto que Ifema coja la gestión del Palacio de Congresos de la Castellana, que lleva parado 15 años, que sufrió un incendio, que está lleno de ratas, que una vez salió a concurso y quedó desierto; y curiosamente ahora que Ifema dice que quiere gestionarlo, resulta que hay intereses y se decide sacarlo a concurso. Ifema es un ejemplo de administraciones de distinto signo, con PP, Ahora Madrid y la Cámara, que está funcionando perfectamente. Ahora, sacar a concurso el Palacio va a ser demorar todo otros dos años.

¿Le preocupa el incremento de pisos turísticos?

Economía colaborativa es que yo te pinto la verja y tu me sacas al perro. Pero si tienes una empresa de pintar verjas o de sacar perros, es una empresa, y tiene que jugar con las mismas reglas que todas. Vamos a preguntar a un ciudadano que viva con su familia y tenga un apartamento turístico encima, debajo y en medio, si su calidad de vida mejora o empeora. Acceden a ellas personas de vacaciones, con biorritmos distintos, jóvenes... Y además, si Madrid se llena de viviendas de uso turístico, y mañana, con los ciclos económicos, hay menos usos de estas viviendas, ¿qué vamos a tener, un modelo "The Walking Dead", con viviendas abandonadas? En este tema, el Ayuntamiento nos ha escuchado. Madrid tiene que definir qué clase de ciudad quiere ser, hay en España ciudades importantes donde sencillamente no se puede estar, porque ha llegado un tipo de turista masivo, que gasta poquísimo, que bloquea las ciudades... tenemos que elegir en qué liga queremos jugar, creo que debe ser la de un turista de calidad, que gasta, que compra, que utiliza las infraestructuras turísticas de la ciudad, y que permitirá que los empresarios generen un empleo de calidad.

¿Le preocupan las próximas elecciones?

Como ciudadano si, como presidente de CEIM no. Las patronales tenemos que ser eficaces, transparentes e independientes. Yo soy del equipo de fútbol y del partido político de mi cliente. No tenemos que decir quién gobierna, si tiene que haber elecciones antes o después, si este presidente es bueno o no... Nosotros no tenemos que aliarnos con los problemas para luchar contra los políticos, sino aliarnos con el político que han elegido todos los madrileños, para luchar contra el problema. Y considero que la persona que tiene una responsabilidad de gobierno no se levanta pensando en fastidiar al administrado. Lo que les pasa es que muchas veces les falta información.

Es usted partidario de «tocar» el calendario laboral. ¿En qué sentido?

Cuando se lo explico a un cliente mío holandés, no lo entiende: para él, un puente es una infraestructura para comunicar dos montañas; aquí es otra cosa. Deberiamos ponernos de acuerdo; el calendario laboral tiene 14 fiestas. Intentaría que fueran al máximo en común, con carácter nacional, todas las fiestas. Esto no se entiende a nivel internacional. ¿Por qué no desplazamos las fiestas a viernes o a lunes, para que la gente pueda tener tres días? La semana de diciembre la llamamos la semana intermitente: un día sí, un día no... Tengamos los cuatro días seguidos, y disfrutemos de una segunda Semana Santa, y vendría mucha más gente. Eso es productividad. Es cierto que una parte importante de la mejora de la economía española se ha basado en la contención salarial. Pero no podemos ser un país de salarios bajos. Tenemos que ser imaginativos, porque si no, haremos siempre lo mismo, competir a base de salarios bajos.

El salario medio de los jóvenes en Madrid es de 12.000 euros al año, ¿se puede vivir con eso?

La CEOE firmó un acuerdo de negociación colectiva que es durísimo para el empresario. La recomendación de un salario mínimo de 1.000 euros, con los costes laborales–que en España son los más altos de Europa– le cuesta al empresario, a un señor que tiene una panadería en un pueblo, 1.500 euros al mes. Reconociendo que los salarios en España son bajos, y que hay que hacer lo posible para mejorar, eso debe ir acompañado de otras medidas, porque si los empresarios tienen miedo a contratar ¿sabe que pasa? que no contratamos.

¿Y con los parados mayores?

Hay muchos hombres y mujeres de más de 50 años que han perdido su empleo y que no van a poder volver a trabajar en la vida. Tenemos que trabajar con esos colectivos. Me preguntaron por cuánto tiempo había que alargar la ayuda a los parados de larga duración, y yo decía que indefinidamente; a los que no puedan, no a los que no quieran. Este matiz es muy importante: si una persona no encuentra trabajo, hay que ayudarle, claro, con una ayuda mínima, casi de subsistencia. La sensación que tengo es que hay dos ideas: una, que la empresa lo aguanta todo, y eso no es cierto. Hay un 40 por ciento de empresas medianas y pequeñas que están aún en pérdidas. Y dos: eso de decir que la subida de impuestos la van a pagar las empresas y no los ciudadanos, es una ridiculez: se va a repercutir en el precio final, y la vamos a pagar todos.

¿Madrid se va a beneficiar del proceso independentista en Cataluña, por la fuga de empresas?

Creo que lo que está pasando es malísimo para todos. El que piense eso, lo ve con una visión tan cortoplacista... Creo que no es una buena noticia que haya empresas catalanas que vengan a Madrid. Es verdad que Madrid se convierte en un receptor de inversiones, tenemos un 70% de las inversiones a nivel internacional. Pero creo que sería buenísimo para el país que Madrid lo fuera y que Cataluña también: que funcionáramos como un solo hombre, potenciando la unidad de mercado.

La semana que viene habrá cambios en la cúpula de la CEOE. ¿A qué retos se enfrenta?

A la presidencia va a llegar Antonio Garamendi, que conoce la casa, es un fenomenal candidato, creo que va a hacer las cosas muy bien. En la última etapa en CEOE se ha impuesto un criterio de transparencia. El ejemplo soy yo: con el presidente Rosell ha habido cosas en que estaba de acuerdo y cosas en que no, pero CEOE se ha convertido en un sitio donde se pueden debatir las cosas. A mi el modelo de pensamiento único no me gusta: cuando hay pensamiento único, es que piensa uno o ninguno. El debate interno me gusta, y en esta época se ha hecho. Tenemos que prepara la CEOE para la sociedad nueva que viene, en base a ese criterio de eficacia, transparencia e independencia, en el que es fundamental que nos financiemos. Nos tienen que pagar por la negociación colectiva; en mi sector hay empresa que utilizan el convenio y otras que no. Y algunas lo utilizan y no están asociadas, ¿porqué tengo que negociar yo el convenio de ellas? Hay que buscar fórmulas para que los sectores cobren por la negociación colectiva en función de los trabajadores que estén adscritos a este tema. Igual que existen partidas presupuestarias para el poder judicial, tiene que haber una partida presupuestaria transparente y en base a los trabajadores que hay aplicando cada convenio. La internacionalización, la relación con las cámaras de comercio, el poner en valor la transformación digital y cómo hacerlo son otros retos. En CEOE tenemos que aportar ideas: cuando queremos hacer un análisis de temas como reducción de jornada, bajas de maternidad o paternidad, etc, o podemos improvisarlo, como hacen otros, o hacer nuestros deberes. A lo mejor tenemos que subcontratar que nos hagan un estudio y podernos presentar a la administración con soluciones. Ese es el gran reto que tiene CEOE: aportar ideas nuevas permanentemente para la reforma de la sociedad.

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