Sol, un macrocentro de donación de sangre durante 72 horas: «Ya que no tengo palas he venido a ayudar»
El dispositivo del Centro de Transfusión espera alcanzar 3.000 entregas para restablecer el nivel óptimo de reservas, reducidas tras las Navidades y el temporal
Estos son los puntos a los que puedes acudir para donar sangre en Madrid
Las campanadas del reloj de Sol repican a las diez de la mañana y resuenan en la plaza semivacía, que algunos cruzan por los caminos abiertos entre el hielo. Tres minutos después aparece un vehículo del Centro de Transfusión y sus ocupantes, con gorros rojos a juego con su uniforme, entran en la Real Casa de Correos por la puerta trasera. Una hora más tarde, el centro de donación en que se ha convertido este miércoles la sede del Gobierno madrileño funciona a pleno rendimiento .
Durante 72 horas , y en horario ininterrumpido hasta las nueve de la noche, el patio principal que acostumbran los políticos madrileños estará ocupado por 30 profesionales, 16 camillas, sillas y mesas para rellenar formularios . Los primeros donantes son puntuales. El objetivo es alcanzar 3.000 donaciones para restablecer el nivel óptimo de reservas, que han caído en picado durante las fiestas navideñas –como suele ocurrir– y empeorado tras el paso de Filomena , que ha bloqueado los desplazamientos. «Llueve sobre mojado, es el último espaldarazo después del tiempo y el frío», corrobora a ABC el hematólogo responsable del despliegue, Juan Diego Rodríguez .
En los últimos tres días, las unidades móviles del Centro de Transfusión no han podido movilizarse por la nevada del siglo. «El 50 por ciento de nuestras donaciones habituales no se realizan» , asegura Rodríguez. Unas circunstancias excepcionales que han colocado por primera vez un centro de donación en el kilómetro 0 de la capital, por tratarse de un punto céntrico y fácilmente accesible en transporte público. Su responsable, de 37 años, que trabaja en el Centro de Transfusión desde hace cuatro, es optimista. «Los datos preliminares de ayer en los hospitales son excelentes. Donaron muchos sanitarios; solo ayer conseguimos 1.500 bolsas », agradece. Este miércoles estima obtener otras 500 en la Real Casa de Correos. «Con este tipo de eventos muchos donantes se animan, pero queremos trasladar que hay que convertir la donación en un acto regular », puntualiza.
Los donantes se mueven bajo el techo de cristal y entre los arcos de piedra del patio público para superar las distintas etapas del proceso: entrada y registro, selección, identificación y etiquetado, extracción y recuperación. En esta última zona, Gema Benito, de 24 años, descansa en una silla. Es la segunda vez que dona sangre y solo ha cogido una botella de agua del bufé de sándwiches y latas de Coca-Cola. «Me enteré de que hacía falta y ya que no tenía palas he venido a ayudar» , cuenta. Se lo comentó a su grupo de amigos, «pero a ellos no les pilla tan cerca». Gema, que nació en Logroño y estudió Periodismo en la Universidad Complutense, comparte piso en Tirso de Molina, a menos de 10 minutos a pie desde Sol.
Los donantes deben tener entre 18 y 65 años , pesar más de 50 kilos y no acudir en ayunas al proceso, que dura poco más de un cuarto de hora. «Soy donante habitual y llevaba un tiempo queriendo donar pero no podía», dice Quique Crespo, policía nacional de 40 años, tumbado en una camilla mientras aprieta un algodón contra su antebrazo. Acaban de extraerle unos 450 mililitros de su sangre 0 positivo; ha perdido la cuenta del número de veces que lo ha hecho. «Todos los compañeros [de la Policía Nacional] donamos».
A un par de metros, Sara, A positivo y de 41 años, dona por primera vez , aunque ya ha regalado sus plaquetas y está apuntada en la lista de donantes de médula. «Han hecho un llamamiento y es una oportunidad para ayudar en las circunstancias en las que estamos», explica, con la vía puesta y teñida de carmesí. Trabaja en el mundo de la hostelería, ahora desempleada, y no ha dudado en madrugar y coger el Metro en la estación de Oporto. El único medio de transporte que se ha salvado de las inclemencias de Filomena permite a los voluntarios llegar a Sol sin problemas.
Donar en pandemia
Las medidas de seguridad contra el Covid-19 se siguen a rajatabla, mientras los contagios escalan en la región, que afronta la tercera ola del virus con una tasa de incidencia que ronda ya los 600 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Los sanitarios del Centro de Transfusión están acostumbrados a trabajar en plena pandemia. «A fecha de hoy nos lo complica menos que al principio, porque ya estamos familiarizados con el proceso de seguridad. Pero tenemos que cuidar mucho las medidas de prevención», afirma el doctor Rodríguez. Poco después del inicio del dispositivo, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero , ha hecho acto de presencia, con una chaqueta verde botella y doble mascarilla. Según él, la respuesta de los madrileños a la campaña de donación ha sido «formidable» .
Las 1.500 donaciones de este martes han permitido «recuperar toda la actividad normal» , pero el dispositivo en Sol continuará para tener «cierta tranquilidad», ha trasladado el consejero. Minutos antes, Ayuso ha proclamado: «Los madrileños, los españoles somos los más solidarios». Así, las complicaciones afectan ahora a los hospitales y centros de salud –hay 74 ambulatorios cerrados–, donde la bofetada de Filomena se ha sumado a la creciente presión por la situación epidemiológica. No obstante, Escudero ha negado que estén saturados: «No hay colapso en las urgencias, están respondiendo bien».
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