La ‘llama eterna’ del pebetero Covid se apaga por escasez de hormigón
El ayuntamiento no pone fecha para la vuelta del monumento, que debe ser reparado tras sufrir vandalismo
Unas barreras de plástico rojo y blanco separan el tráfico rodado de la calle de Alcalá de los laterales para peatones, en obras. En el punto más cercano a Cibeles, con la confluencia del Banco de España, se abre una isleta de tierra y pequeñas piedras que acumula tubos, cableado y algún que otro ladrillo. Los obreros transitan la zona, mueven carretillas y realizan mediciones. La imagen dista mucho de la que el Ayuntamiento de Madrid ofreció hace 22 meses cuando, coincidiendo con la festividad de San Isidro –patrón de Madrid–, el alcalde y la vicealcaldesa se vistieron de largo para inaugurar un monumento a las víctimas del coronavirus : un pebetero con ‘llama eterna’ que prometía tener a los fallecidos siempre en la memoria.
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Nada queda de esa ‘llama eterna’, apagada hace meses tras sufrir varios actos vandálicos y averías, y tampoco hay rastro del pebetero en el enclave elegido para ubicarlo, con la Diosa y el consistorio al fondo, que ahora es un pequeño barrizal. El Área de Obras y Equipamientos se comprometió a arreglar el monumento, y comenzó los trabajos en febrero, con el objetivo de que la llama volviese a prender a finales de marzo, tal y como informó este diario. La fecha ha vencido y los inconvenientes parece que se han unido para impedir que la pieza de acero negro regrese a su enclave. Según han explicado fuentes del área, la colocación «se está retrasando por problemas en la llegada de materiales, principalmente de hormigón, que es imprescindible para acometer los trabajos».
Esas obras consisten en adaptar la isleta en la que se sitúa el pebetero a una nueva mediana, renovando todo el bordillo perimetral y recuperando el césped que lo rodeaba. Asimismo, también debe ser restaurada la acometida que lleva el gas propano a esa ‘llama eterna’ que debería haber funcionado, según los planes iniciales del ayuntamiento, las 24 horas del día. De momento, no hay fecha prevista para una segunda inauguración. «Estamos a la espera de ver cómo evoluciona la situación. No podemos asegurar fechas pero, aunque la obra no se ha llegado a parar, esperamos poder ir recuperando el ritmo de los trabajos estas próximas semanas», aseguran a ABC las fuentes de Obras y Equipamientos consultadas.
Error de cálculo
El monumento se inauguró en el peor momento de la pandemia, dos meses después de que el coronavirus encerrase a los ciudadanos en sus hogares y cuando la cifra de fallecidos ascendía a las 27.000 personas. El 15 de mayo de 2020 fue el día elegido para descubrir la pieza circular de casi dos metros de diámetro colocada sobre un prisma inferior y con una placa en la que podía leerse «Vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón. En homenaje a los fallecidos durante la pandemia del Covid-19».
Dos días después, la llama dejó de funcionar por mal error en el cálculo del propano que consumía, tal y como avanzó El Confidencial, y un mes después se realizó la primera reforma para que no se volviese a apagar. En agosto sufrió el primer acto vandálico y, cuatro meses después, llegó el más complicado, que destrozó el sistema de gas. A partir de ese momento se inició la degradación: las malas hierbas comenzaron a crecer a su alrededor, se valló, los ramos de flores se secaron y no volvió esa ‘llama eterna’ prometida en recuerdo a aquellos que ya no podrán volver a pasear por las calles de Madrid.