La libre elección de centro, bandera de 25 años de gobiernos populares
La escuela concertada ha ganado alumnos y presupuestos, entre críticas de la izquierda
Hay dos signos inequívocos de los gobiernos populares en Madrid: uno, la rebaja fiscal. Y dos, la libertad de elección. En el mundo educativo, esto se ha reunido en una apuesta inequívoca por la escuela concertada , que desde los partidos de izquierda y los sindicatos se le ha recriminado por considerar que se hacía en detrimento de la educación pública. Si alguien apostó fuerte por ello fue Esperanza Aguirre en sus gobiernos regionales, que se prolongaron desde 2003 hasta 2015 –tomando los tres últimos años de presidencia de Ignacio González como continuidad de sus políticas–. La prueba más evidente es que si en 1999 había en Madrid 8.225 unidades concertadas, en 2019 se alcanzaban las 15.900.
Aguirre defendía la enseñanza concertada como la materialización del derecho constitucional a la Educación. Así lo defendió desde su primera campaña electoral. Los sindicatos aseguraban que desde que ella llegó a la Comunidad madrileña, la inversión en educación pública subió un 30 por ciento mientras que las partidas para la concertada crecieron un 92 por ciento.
Lo cierto es que esta batalla comenzó incluso antes. Yaunque muchos no lo recorderán, los conciertos educativos se generalizaron en el curso 89-90 de la mano de una ley de Educación y un ministro socialistas: José María Maravall. Fue él quien, tras una durísima batalla en las calles –con la carismática portavoz de la Confederación Católica de Padres de Alumnos, Carmen de Alvear, literalmente a la cabeza de las manifestaciones– incluyó estos conciertos.
Más alumnos y centros
Su éxito entre los padres fue evidente: en 1999 sumaban 219.896 alumnos, y en 2009 ya eran 302.797. Hoy son 364.168. De igual manera, han crecido las partidas destinadas a esta modalidad educativa presupuesto tras presupuesto. El número de centros concertados ha ido aumentando, entre críticas sindicales por tratarse, en muchas ocasiones, de centros construidos sobre terrenos públicos cedidos por las administraciones.
Pero el compromiso de los gobiernos populares con la enseñanza concertada no sólo no ha retrocedido un solo paso en las últimas décadas, sino que, por el contrario, ha aumentado. Y la coalición con Ciudadanos tampoco ha variado estas políticas. De hecho, la última medida tomada en este sentido fue el anuncio del cheque Bachillerato, una aportación a los padres que mantienen a sus hijos en este tramo educativo –no obligatorio– en los mismos centros concertados donde han cursado el resto de la ESO. La idea partió del entonces presidente regional, Ángel Garrido, ahora consejero de Cs.
Noticias relacionadas