Liberados 61 inmigrantes que eran obligados a pagar por vivir en trasteros en condiciones infrahumanas
En una operación conjunta, la Policía Nacional y la Policía Municipal de Madrid han detenido a seis individuos acusados de hacinar a extranjeros en sótanos a los que forzaban a pagar por habitar 9 metros cuadrados sin higiene ni ventilación
Llegar a un país que no es el tuyo no es fácil, pero si, además, eres forzado a vivir en condiciones infrahumanas, el asunto se torna en una pesadilla. Es lo que le ocurría a 61 inmigrantes , que acaban de ser liberados de sus captores, quienes les obligaban a vivir hacinados en sótanos y varios trasteros ubicados en los distritos madrileños de Carabanchel y Vallecas.
Entre la sesentena de extranjeros liberados había familias con menores, un bebé de pocos meses y una mujer embarazada . Todos ellos eran forzados a habitar trasteros de una superficie de unos nueve metros cuadrados y sin ninguna ventilación , que eran empleados como viviendas compartidas por tres o cuatro personas y por las que debían pagar un alquiler de unos 250 euros al mes sin ningún tipo de contrato. La operación se ha saldado con seis detenidos , que están acusados de delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal, coacciones y contra la salud pública .
Los agentes tuvieron conocimiento de que un número importante de personas residía en un sótano de un inmueble, en lugares que no reunían las mínimas condiciones de habitabilidad. Tras comprobar estos hechos, y entrevistarse con algunas de esas personas, se iniciaron gestiones para verificar si estos pudieran ser víctimas de inmigración ilegal.
Para ello se estableció un dispositivo a fin de realizar dos inspecciones, localizando un total de 23 trasteros divididos por paneles de pladur con puertas y con zonas comunes para todos, dos cocinas y dos baños para compartir. El lugar no contaba con salida de emergencia ni con dispositivos contra incendios y estaba repleto de basura y de material de construcción, previsiblemente para establecer nuevos alojamientos.
Colchones recogidos de la basura y cámaras
Los agentes constataron que el encargado de la explotación de los habitáculos recogía a los inquilinos en lugares donde se suelen encontrar ciudadanos extranjeros solicitantes de protección internacional , ofreciéndoles habitación a un precio muy bajo. Una vez instalados en los trasteros procedía a pedirles más dinero bajo coacciones y amenazas, incluso con agresiones físicas si el pago se demoraba.
Las habitaciones se encontraban en un sótano húmedo, sin ventanas ni ventilación en los que, por testimonios de sus habitantes, había ratas, cucarachas y chinches . Contaban únicamente con un baño por cada diez habitaciones y dos cocinas para todos, donde se les permitía cocinar por turnos sólo una vez al día y, además, d ormían en colchones que habían sido recogidos de la basura . Todos ellos eran vigilados por un sistema de cámaras que controlaba la entrada a los habitáculos, y que eran manejadas remotamente con el móvil de uno de los arrestados.