Lavapiés: retrato de los comercios que sobreviven en el barrio

La Real Socidad Fotográfica homenajea a las tiendas que resisten a pesar de la gentrificación

La Gatoteca permite tomarse un café rodeado de estos animales

Carlota Barcala

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En las calles de Lavapiés , a pesar de la gentrificación que sufre el barrio a causa de la imparable afloración de pisos turísticos y la apertura de franquicias , hay decenas de valientes que resisten en la época de las grandes superficies y de las cadenas comerciales: los pequeños comercios de barrio , los que llevan, desde hace décadas, manteniendo vivos los deseos y las demandas vecinales. Ellos han hecho suya la frase de que los viejos rockeros, en este caso tenderos, nunca mueren. O no deberían morir. Y a ellos les rinde homenaje la exposición « Lavapiés, retratos de un comercio diverso », que permanecerá abierta hasta el 11 de enero en la Real Sociedad Fotográfica.

La entidad tiene su sede en el céntrico barrio, por eso ha querido que sus socios hagan un retrato colectivo y den su particular visión de las tiendas que se mantienen en pie, viviendo y sobreviviendo. Así, han conseguido ofrecer «una muestra del ecosistema comercial , los negocios regentados por gente de carne y hueso, que son proyectos vitales para aquellos que los regentan contra el viento y la marea de la coyuntura económica », en palabras del periodista Sergio C. Fanjul, que ha escrito un libro para complementar la exhibición.

La Camencita, especializada en frutos secos y patatas fritas

En la sala de la Real Sociedad Fotográfica, los asistentes podrán pasear por el Lavapiés de principios de siglo, ya que muchos de los establecimientos mantienen su encanto original, como si permaneciesen anclados en otra época pasada que, puede, fuese mejor. Es el caso de La Carmencita , la única, tal vez, que resiste al capitalismo en la calle de Tribulete. Su característico toldo amarillo y blanco indica su especialidad: la tienda del fruto seco , pone. Pero La Carmencita vende mucho más que pipas, pistachos y cacahuetes. Se han diferenciado al hacer patatas fritas caseras de sabores que exhiben en su escaparate acristalado. ¿Las más famosas? Las de ajo o caldo de berenjena. A pesar de sus intentos no ha podido hacer frente a los nuevos tiempos y, por eso, también ofrece latas de cerveza, piruletas y demás gominolas.

De lo antiguo a lo nuevo, la exposición guarda un hueco también a los recientes éxitos, como La Gatoteca , un proyecto que busca dar visibilidad a los gatos sin hogar para fomentar la adopción entre aquellos que deciden acudir a tomarse un café al lugar . Con aforo limitado a 20 personas para que los animales no se estresen, encontrar un hueco suele ser misión imposible.

Tienda de cómics El Coleccionista, fundada en 1993

Las paredes también representan a aquellos que adoran las recopilaciones y a los nostálgicos. Desde 1993, El Coleccionista se especializó en los tebeos, con miles de cómics que decoran la vitrina de la entrada y conforman un laberinto entre sus estanterías de madera. Revolt Music , con su icónico grafiti de «Esta guitarra mata fascistas», en honor a Woody Guthrie, vende vinilos desde un euro en los aledaños al tan concurrido Rastro.

La exposición se ha llevado a cabo gracias la subvención de Fomento delAsociacionismo del Distrito Centro.

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