Jugar en el Madrid y otros sueños de un niño de Moratalaz
Abel, de 22 años, transmite su ilusión a los niños de 4 y 5 años a los que entrena
Su familia, «humilde y de Moratalaz de toda la vida» , lo ha dado todo por apoyar tanto a Abel Pastor como a sus dos hermanos en el fútbol. «No se pierden ni un partido», comenta el joven madrileño. Por eso, dice Abel, cree que ha triunfado en este deporte. Aunque actualmente juegue en la Escuela Deportiva Moratalaz (EDM) y no en el Real Madrid. «Hago lo que siempre quise, que era dedicarme al fútbol y, aunque no esté en Primera División, soy futbolista».
Abel llegó a la cantera del Atlético de Madrid con «unos 11 años». Se encontró con un club que no le cuidó. «Me lesioné nada más comenzar el año y no me trataron bien, no jugaba y además el entrenador fue un poco… Bueno, que pasaba de mí». Recuerda vagamente su nombre, «creo que se llamaba Pablo Quiñones», pero no olvida su carácter. «Estricto, serio y muy exigente». «Me dijo que era el mejor central, pero que no iba a jugar apenas porque simplemente él no quería. Decía que yo era poco correcto».
«No era fácil ser Ronaldo»
Aunque sí lo pensaba, el padre de Abel nunca le dijo directamente que era bueno. Esto le ayudó, según el joven futbolista, a no «crecerse» en el terreno de juego . Abel recuerda cuando pasó de jugar en la escuela del Atleti a la Escuela Deportiva Moratalaz: « Si no llego a profesional no es ninguna desilusión ». Tampoco llegó a frustrarse cuando vio que su sueño de «jugar en el Real Madrid » se alejaba cada vez más, que no era fácil ser Ronaldo. No lo hizo, dice, pero la nostalgia se apodera de su voz. «En el Atleti –incluso en la escuela– te lo pintan todo muy bonito. Llevas una camiseta, un escudo… Los entrenadores parecen muy profesionales aunque luego no lo sean tanto. Es la apariencia», cuenta Abel sobre una etapa que duró tres años.
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