Las joyas escondidas en forma de maquetas del Madrid más icónico
El Ayuntamiento asegura a Homero Menéndez, el artesano que creó el gran diorama del Madrid del siglo XX que lo reubicará ante su inminente desahucio del Almacén de Villa
Madrid ya contaba con su Museo Municipal, en la calle de Fuencarral, en 1992. Aquel año, hoy lejano en la memoria, ABC recogía en sus páginas una reseña sobre la creación de un nuevo espacio museístico vinculado a la capital: el Museo de la Ciudad . Y ya entonces, el autor del artículo –el escritor y crítico de arte Juan Ramírez de Lucas– previó el gran problema de un enorme espacio que nacía sin nada importante que custodiar. Su inauguración, contra natura por no tener de entrada piezas de valor que albergar –primero fue el continente, en Príncipe de Vergara, y luego el contenido–, no se «apreciaba convincente» y, dos décadas más tarde, cerró para siempre para recortar gastos. De su breve historia quedó el legado de algunas de las pocas joyas que exhibió de forma permanente: varias maquetas de la ciudad y de los edificios más icónicos de la capital . Algunas de ellas, que cuando se desmontó la institución intentaron encontrar acomodo en otros espacios municipales, acabaron olvidadas primero en Matadero y finalmente en el Almacén de Villa. Un enorme complejo en Coslada donde el «Madrid Central del siglo XX», un conjunto de 18,5 metros cuadrados, ha estado cogiendo polvo y labrando su olvido desde entonces.
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ABC visitó el pasado viernes de la mano de su autor, el maquetista Homero Menéndez, esta nave industrial para ser testigo del reencuentro entre el artesano y la obra que, según se dijo en algunos medios, estaba condenada a la destrucción el próximo mes de diciembre, cuando el Ayuntamiento abandonara el lugar que hasta ahora tenía alquilado para trasladarse a Vicálvaro. Un extremo que desmiente el Área de Cultura, Turismo y Deporte tras ser preguntada por este diario. « La verdad es que he respirado al saber que hay muchos interesados en conservarlas . He llorado creyendo que se iban a perder para siempre. Aunque no están mal del todo, necesitan arreglos. Me encantaría poder retocarlas. Sé cómo hacerlo y me vendrían muy bien unos ingresos», dice, confesando la difícil situación económica que atraviesa con los poco más de 400 euros de la pensión de su mujer. A sus 76 años, asegura no haber logrado grandes ahorros pese a no haber parado de trabajar toda su vida. «Todavía me quedo noches enteras sin dormir haciendo maquetas de barcos, que es lo que me gusta. Soy asturiano y me tira la mar», dice.
La Almudena, Las Ventas y Plaza de España
« En ningún caso se ha planteado su destrucción , como se publicó la semana pasada, ni nada diferente al mantenimiento de su conservación. Todo esto, pese a que no tienen realmente un valor histórico, sino que son piezas de museografía que cumplieron la función para la que fueron concebidas», explican desde el área que dirige Andrea Levy. Para Homero Menéndez, autor de otra de las tres maquetas que aún están en el Almacén de Villa –la Catedral de La Almudena– sí lo tienen pese a que él rehuye de la consideración de artista. «Pero, hombre, cómo no se va a conservar esto», repite frente a sus piezas acompañado de José Bonifacio, jefe del Departamento de Museos del Ayuntamiento. La tercera de las maquetas, de Las Ventas –obra de José Gonzalo Ruiz de Bucesta y Manuel Smith Solaun–, espera también encontrar nuevo dueño.
En un principio, la falta de espacio del Almacén de Villa obligó al Consistorio a valorar su traslado a una nueva ubicación en Vicálvaro . «Desde 2017, aproximadamente, se estaba trabajando en reubicar las maquetas citadas antes y que eran las tres últimas que quedaban por adjudicar. Probablemente, por su tamaño no habían encontrado institución o dependencia adecuada que las recibiese», añaden las mencionadas fuentes. Del museo se desmontaron 29 maquetas , de las cuales dos tuvieron que ser «dadas de baja por evidentes deterioros». Diez de ellas acabaron en instituciones externas y otras 14 en dependencias del Ayuntamiento de Madrid para su reutilización como «elementos decorativos o didácticos».
Los bomberos, al rescate
El Consistorio asegura que, lejos de no encontrar «pretendientes», ha recibido varias propuestas para la ubicación de las tres maquetas. De hecho, tal y como avanza Cultura, el propio Ayuntamiento albergaría la maqueta del «Madrid central del siglo XX» en alguna de sus dependencias, quizá en Cibeles si sus dimensiones encajaran. Entre las instituciones externas que estarían interesadas en conservarlas y exhibirlas hay universidades, fundaciones ligadas al sector taurino , empresas dedicadas al sector ferroviario, las propias la sedes de la Junta Municipal de Distrito de Salamanca y la de Centro e, incluso, el Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. Desde el grupo municipal socialista, pendientes también del futuro de las maquetas a través de su portavoz en Cultura, Mar Espinar, han movido sus contactos para encontrar un futuro mejor para ellas.
La mirada de Homero Menéndez refleja ese alivio. «Es que no me podía creer que el mismo Ayuntamiento para el que las hice fuera a cometer semejante atropello. Era una barbaridad», dice, mientras emprende el camino de salida por las frías naves del Almacén de Villa. Se despide con un «hasta pronto» y no con el «adiós para siempre» que le ha atormentado durante la última semana. Se va con ganas de hacerle los retoques que merece, eso sí. «Ojalá me llamen», desea.