Otra delegada del Gobierno contra Madrid y los madrileños

El pasado sábado 18 se celebró una manifestación en Madrid en el barrio de Chueca en el que se lanzaron proclamas ofensivas para cualquier demócrata y cualquier persona bien nacida.

Mensajes irrepetibles por lo ofensivo y dañino, no solo para un colectivo sino para toda la sociedad, se repitieron en una manifestación autorizada por la Delegación de Gobierno que mal dirige Mercedes González, a la que su manera de hacer y las circunstancias de su mandato, parece que abocarán a un final prematuro , igual que ocurrió con sus antecesores, pues es el cuarto delegado del Gobierno en Madrid desde que Sánchez asumió la Presidencia del Gobierno. Precisamente esta inestabilidad nace de que el Gobierno de Sánchez utiliza este importante cargo para ir contra el Gobierno de la Comunidad y su presidenta Isabel Díaz Ayuso .

Ciertamente, y a lo que se acoge la delegada en defensa de la autorización de dicha manifestación, es que ésta fue anunciada con un lema que no anticipaba el posterior desarrollo de la marcha , y la propia Ley Orgánica 9/1983, del 15 de julio, reguladora del derecho de reunión dice en su artículo 3 que «ninguna reunión estará sometida al régimen de previa autorización». Sin embargo, dicha ley en su artículo 10, también dice que «si la autoridad gubernativa considerase que existen razones fundadas de que puedan producirse alteraciones del orden público, con peligro para personas o bienes, podrá prohibir la reunión o manifestación o, en su caso, proponer la modificación de la fecha, lugar, duración o itinerario de la reunión o manifestación».

En cualquier caso, hay dos hechos que nos empujan a una duda más que razonable: en primer lugar, el día en que se convocó la manifestación, coincidiendo con las indecentes marchas en homenaje a Parot, indignantes para todos los demócratas, y que muestran el compadreo parlamentario de PSOE y Bildu, es el día perfecto para que otra noticia igual de desagradable tapara las marchas en las localidades vascas. Y en segundo lugar, van apareciendo informaciones periodísticas cada día que confirman que la Delegación sabía quienes se iban a manifestar y dónde: el para qué, no hay que ser Sherlock Holmes .

La delegada del Gobierno autorizó esta manifestación de odio , sin hacer caso a los informes policiales que advertían del cariz de la misma; no tuvo en cuenta los antecedentes de los convocantes; no propuso un cambio de itinerario con el fin de proteger a los vecinos de Chueca; y lo que es peor en un representante político, ha mentido posteriormente a la opinión pública sobre lo que sí pudo hacer y no hizo, pues solo en 2019, 127 manifestaciones fueron prohibidas en Madrid por la Delegación del Gobierno socialista.

Por tanto, por tapar los pactos de su Gobierno con Bildu desplazando el foco del interés público, permitió que el odio campase por Madrid siendo en este caso los agredidos , los vecinos LGTBI y la población en general. Todos los vecinos de Chueca y los madrileños en general deben sacar la conclusión, por desgracia cierta , que una vez más, el interés estratégico y político de Sánchez está muy por encima de la concordia , de los derechos LGTBI, la convivencia y el interés general de los madrileños.