Isabel Díaz Ayuso
Juntos, venceremos
La situación recuerda a las guerras que padecieron nuestros antepasados, pero ahora contra un enemigo invisible
Ahora se trata de salvar vidas. Las decisiones que estamos tomando suponen sacrificios para todos. Pero lo más doloroso es obligar a la soledad a muchas personas, sobre todo a los ancianos. Por eso quiero pediros que nos ayudemos los unos a los otros.
La situación recuerda a las guerras que padecieron nuestros antepasados, pero ahora contra un enemigo invisible. Nunca antes los madrileños se habían visto obligados a permanecer en sus casas, aislados, saliendo a la calle solo para lo imprescindible.
Somos conscientes de que habrá personas que no tengan familiares a quienes pedir ayuda. Nos toca ayudarles. En los próximos días vamos a habilitar un teléfono para que puedan solicitar esa ayuda. Y necesitaremos reforzar los recursos de la Administración regional con voluntarios que nos echen una mano. Estamos contemplando todas las posibilidades, pero no nos cabe duda de que estamos obligados a cuidar los unos de los otros. Y nuetros mayores nos han sacado adelante, nos estaríamos aquí sin ellos.
Madrid es una región ejemplar. Vamos a demostrar que este lugar del mundo, a veces tan grande y competitivo, también sabe vivir con el afecto de un pueblo pequeño.
Agradezco a las empresas que ya nos han hecho saber su buena disposición: desde crear plataformas informáticas hasta construir físicamente lo que necesitemos, o para prestarnos sus hoteles, o preparar comidas y que los madrileños no queden desabastecidos. Me enorgullece presidir una Comunidad humana y solidaria.
Agradezco el esfuerzo que están haciendo los sanitarios, muchos de los cuales no han descansado ni cuatro horas diarias; y el esfuerzo de la Policía Municipal, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, y de los funcionarios y profesionales. También, los ofrecimientos del Ejército. Agradezco la buena sintonía de los alcaldes de toda la Comunidad de Madrid y de los políticos en general, que han dejado la ideología a un lado y se han comprometido a trabajar juntos.
Y gracias, Madrid, por la responsabilidad de todos. Vendrán días con noticias duras de digerir. La Sanidad madrileña está preparada para esta guerra: los hospitales públicos y privados están trabajando juntos por primera vez en la historia. Gestos así nos hacen falta.
Pero debemos ir más allá y cuento con todos vosotros, especialmente con los jóvenes: es la hora de la solidaridad. Muchas veces nos preguntamos qué podemos hacer para ayudar, para salvar el mundo; ahora tenemos la oportunidad de hacerlo, de llegar hasta donde nuestros héroes de los hospitales no pueden, cuidando los unos de los otros. Venceremos.