Investigan si la paliza al pandillero de Villaverde fue un «correctivo» por querer salir de la banda
El únido detenido hasta ahora es miembro de los DDP, al igual que su víctima
Apuñalado y golpeado severamente por sus compañeros de banda. La paliza que envió al hospital el viernes por la tarde a un joven dominicano, en el distrito de Villaverde, no ocurrió por casualidad. La Policía Nacional logró arrestar poco después de la agresión a un miembro de los Dominican Don’t Play (DDP), dentro del dispositivo especial que mantiene activo para frenar la actividad de las bandas latinas; y constató a su vez que la víctima, de 18 años, pertenece al mismo grupo criminal que el individuo apresado.
Ello hace sospechar a los investigadores que el resto de atacantes podrían pertenecer al mismo círculo, lo que situaría el «castigo disciplinario» como principal móvil de lo sucedido. Dado el grado de violencia empleado, se investiga si el herido habría manifestado su intención de dejar la banda, considerada por los pandilleros la peor de las traiciones.
Fuentes policiales confirmaron ayer a este periódico la pertenencia del arrestado, de 20 años, a los DDP; al igual que su víctima. La Brigada Provincial de Información, encargada de este tipo de casos, mantiene abierta la operación y no se descartan nuevas detenciones. Los hechos se desataron alrededor de las 19 horas a la altura del número 1 de la calle de la Canción del Olvido, en el barrio de Los Ángeles, cuando una turba de jóvenes latinos provistos de machetes atacó sin compasión a otro hasta dejarlo gravemente herido.
Los sanitarios de Samur-Protección Civil desplazados comprobaron que el joven presentaba dos heridas de arma blanca, una en la zona lumbar y otra en un brazo –por la que sangraba abundantemente–, además de múltiples contusiones en el cuello y en la cara. Tras estabilizarlo, fue conducido al Hospital 12 de Octubre, donde ingresó con pronóstico grave.
La Policía Nacional mantiene activo un dispositivo, denominado Rubicón, contra las bandas latinas, cuyos resultados hasta la fecha están siendo más que satisfactorios. A la detención de este último pandillero se suman las de tres Trinitarios por llevar a cabo una agresión planificada contra miembros de un grupo rival, dejando a tres jóvenes heridos, dos de carácter grave y uno muy grave; y la desarticulación del «capítulo» de los DDP de Torrejón de Ardoz.
Los componentes de esta última facción, tres adolescentes de 15 y 16 años y cuatro mayores de edad de 18, 22 y 23 años, entre los que se econtraba su líder, apodado «Chamaquito», reclutaban a menores, algunos de los cuales tenían solo 12 años, para que cometiesen robos y agresiones a cambio de protección. Les obligaban también a pagar una cuota mensual y, en caso de que no pudiesen abonar lo acordado u obedecer determinadas órdenes, eran sometidos por medio de amenazas y palizas, que variaban de grado en función de la gravedad de las infracciones.
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