Asesinato Ciudad Lineal

Investigan si el asesino de Esther era un cliente de un club de alterne con el que mantenía una relación

Los trabajos se centran también en recabar testimonios y revisar posibles grabaciones de las cámaras de videovigilancia instaladas en la zona

Esther Escobar Ríos, paraguaya de 40 años, asesinada el miércoles de un disparo ABC
Aitor Santos Moya

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La Policía Nacional mantiene todas las hipótesis abiertas sobre el crimen que el pasado miércoles le costó la vida a Esther Escobar Ríos, paraguaya de 40 años, cuando caminaba a su domicilio, en el número 6 de la calle de la Virgen de los Reyes, muy cerca de la parada de Metro de Barrio de la Concepción (distrito de Ciudad Lineal). Si bien algunas fuentes apuntan a que la principal línea de investigación se centra en el ámbito laboral de la mujer, que presuntamente ejercía la prostitución en una casa de alterne, lo cierto es que el Grupo VI de Homicidios, encargado de la investigación del caso, continúa las averiguaciones bajo un fuerte hermetismo.

Los trabajos se centran en recabar testimonios y revisar posibles grabaciones de las cámaras de videovigilancia instaladas en la zona, a fin de dar caza al autor, un varón corpulento de mediana edad que, ataviado con una gorra negra, apretó el gatillo antes de huir a la carrera.

Un día después del asesinato, la calle donde cayó la finada tras recibir un disparo a bocajarro en la sien, amaneció empapelada con crespones negros impresos en las farolas y señales adyacentes al enclave. «Escuchamos un ruido como si lanzaran un petardo», señalaba ayer por la mañana una vecina, aún conmocionada por lo acontecido: «Al bajar a la calle, vimos a los médicos del Samur tratando de reanimarla en el suelo». El rastro de sangre todavía seguía visible a un lado de la calzada, el más próximo al portal donde Esther se dirigía. Una de sus hermanas, Sonia, que regenta una tienda de moda en la manzana contigua al lugar, buscaba con lágrimas en los ojos las pocas manchas visibles.

Uno de los crespones negros aparecidos ayer. ABC

«Era muy buena, no tenía enemigos», recordaba, sin entender el por qué de un suceso que ha truncado la vida de una familia natural de la ciudad paraguaya de San Estanislao. Esther, madre de cuatro hijos afincados al otro lado del Atlántico, era empleada de hogar. Al menos, según la versión de sus allegados.

Más allá de esta declaración, fuentes policiales confirman a ABC que se trabaja con la posibilidad de que fuera prostituta, aunque no descartan otras opciones. Lo que sí parece claro es que víctima y asesino -se sospecha que este pudiera ser un cliente del club o vivienda de alterne- se conocían de antemano, a tenor de las declaraciones aportadas por algunos familiares, llegándose a valorar, incluso, que mantuvieran una relación ahora o en el pasado.

La ruta de escape del asesino es otra de las incógnitas que los investigadores tratan de esclarecer. «Me extrañó ver a dos hombres correr por delante de mi tienda», incidía la dueña de una mercería ubicada a dos calles del punto donde la mujer fue abatida. Uno de ellos iba vestido, según su testimonio, con una prenda de color rojo y blanca.

Lugar donde ocurrió el crimen, en Ciudad Lineal

Poco después de llegar a Madrid, hace al menos diez años, Esther se hizo cargo del cuidado de dos niños contratada por una familia. Gran parte del dinero que obtenía lo enviaba a su país natal, a donde viajó un año atrás para reunirse con los suyos, entre los que se encontraba su único nieto. La consternación es total, tanto que ayer por la tarde varios compatriotas acudieron hasta el portal donde vivía para depositar velas y flores. A la espera de esclarecerse este crimen, el Ayuntamiento de Madrid guardará hoy un minuto de silencio por la mujer asesinada a manos de su marido en Fuenlabrada.

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