El Instituto Geográfico Nacional, el guardián de los mapas de España
Inaugurado en 1930, este edificio diseñado por Mathet conserva los trabajos de campo para la elaboración de los mapas de España e importantes ejemplares de su disciplina
En 1922 se colocó la primera piedra de la sede del Instituto Geográfico Nacional (IGN) que comenzó a funcionar en 1930. Esta institución había sido creada años antes, en 1870 , gracias a la figura del General Ibáñez de Íbero , y su primera ubicación fue en la calle Jorge Juan 8. Compartió también dependencias del Ministerio de Fomento y por falta de espacio se comenzó a buscar terrenos para levantar su propio espacio encargando el diseño del nuevo edificio al arquitecto Jerónimo Pedro Mathet . «Hubo varios intentos para encontrar la mejor ubicación para construir la sede», cuenta a ABC Marta Montilla Lillo, jefa de Servicio de Documentación Geográfica y Biblioteca del IGN. Primero, en 1876, el Ministerio de Hacienda cede al Ministerio de Fomento un terreno situado a espaldas del Museo de Pinturas ( Museo del Prado). El Ayuntamiento de Madrid consideró que ese terreno no era edificable, ya que lo que se pretendía era que entre el Museo del Prado y el Retiro no hubieran construcciones. Años más tarde el Ayuntamiento propuso como permuta un nuevo solar para el edificio, en este caso en el Parque de Madrid (Parque del Retiro), al sudoeste de la fuente de la China, actual Fuente del Ángel Caído, del terreno y espacio para observaciones, en una zona aislada e independiente. Según explican desde el IGN, en ese momento se proyecta un edificio en una sola planta y con posibilidad de ampliación en caso necesario. Mathet presenta sus planos fechados en 1911 pero esa obra no se lleva a cabo. En dicha zona sí que se construyó el Real Observatorio de Madrid que depende del IGN.
En 1917 se retomó el proyecto y pasa a tener dos edificios, uno para oficinas y otro para talleres y en 1920 se adquieren terrenos pertenecientes a la Compañía Urbanizadora Metropolitana, para la construcción del entonces llamado Instituto Geográfico y Estadístico. El proyecto inicial de Mathet era de estilo neomudéjar adornado con elementos historicistas y lo fue modificando a lo largo de la obra. Conservó rasgos neomudéjares pero se alejó del historicismo para acercarse al racionalismo . Construido en ladrillo visto, las obras se realizaron entre 1923 y 1929 y se logró que la calle en la que se encuentra se pasase a llamar General Ibáñez de Íbero aunque no resultó tarea fácil. Además de primer director del Instituto Geográfico, Ibáñez de Íbero fue ingeniero, geógrafo y primer marqués de Mulhacén que desempeñó numerosas actividades.
Distintas dependencias
Mathet diseñó un edificio con una elegante escalera principal y cada una de las tres plantas tiene largas alas a ambos lados en los que se instalaron los despachos y gabinetes y se construyó un segundo edificio para los tallere s. Más tarde, en los años 50, se añadió un tercer edificio en el que se instalaron la Escuela de Topografía y el Centro Español de Metrología y donde ahora está la Subdirección General de Astronomía, Geofísica y Aplicaciones Espaciales. La ú ltima ampliación del proyecto tuvo lugar en 1973 cuando se construyó el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG) también conocido como Casa del Mapa . Antonio Fernández Alba fue el encargado del proyecto y optó por un diseño más sencillo con trazos más modernos a la vez que respetó el antiguo. Los tres edificios están conectados por sótanos. Como dato curioso, Mathet estuvo ocho años en pleitos porque no le abonaban los honorarios acordados logrando finalmente que se le pagase la deuda.
El Instituto Geográfico Nacional nació con los objetivos de «determinación de la forma y dimensiones de la Tierra, triangulaciones geodésicas de diversos órdenes, nivelaciones de precisión, triangulación topográfica, topografía del mapa y del catastro, y determinación y conservación de los tipos internacionales de pesas y medidas». La tecnología ha modificado radicalmente la forma de elaborar los mapas pero en esta sede se conservan, por ejemplo, los trabajos realizados durante casi 100 años para elaborar el Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000 (MTN50), compuesto por 1073 hojas para cubrir toda España.
Una escultura de San Isidoro, el patrón de las Ciencias Geográficas y Estadísticas, preside el hall de entrada, la misma que se encuentra en la escalinata de la Biblioteca Nacional. Ya se ha perdido la puerta giratoria original por donde se accedía. En todo el edificio se encuentran instrumentos antiguos utilizados años antes para realizar las mediciones. Las puertas y ventanas están decoradas con bonitas vidrieras de Mau mejean y las paredes con fotografías, mapas y cuadros. En el exterior, en una de las fachadas, se pueden apreciar los vestigios de la Guerra Civil ya que algunos ladrillos están agujereados por los disparos. Un periodo en el que el edificio se mantuvo abierto aunque «se fue recortando el sueldo a los trabajadores en función de la zona en la que viviesen», resaltan desde el instituto.
El IGN cuenta con un fondo de 15.000 libros y muchos mapas. En la biblioteca se pueden consultar muchos de sus volúmenes pero los más antiguos y valiosos se guardan a buen recaudo. Uno de ellos, un facsímil del manuscrito Voynich , el llamado libro imposible que nadie ha podido leer.
Mapas
En esta casa también se ocupan de los mapas, «un medio de comunicación que informa del territorio y se intenta que sea lo mejor posible», señala a ABC Adolfo Pérez, jefe de Servicio de Edición y Trazado de la Subdirección General de Geodesia y Cartografía. Si bien es cierto que está creciendo mucho el acceso a los mapas digitales todavía se imprimen en papel, a un precio módico respecto a su costo real puesto que es un servicio público. «Es mucho más importante y numerosa la distribución de información geográfica y de cartografía a los ciudadanos a través de la página web del IGN», afirma Pérez. «El servicio de descargas del CNIG, proporciona de forma inmediata y gratuita la posibilidad, a cualquier ciudadano, de bajarse a su ordenador los archivos digitales cartográficos, tanto actuales como antiguos», añade.
En este instituto se centraliza toda la información de la red sísmica y se realiza la vigilancia volcánica , entre algunas de sus actividades. Prestan servicios en estas dependencias alrededor de 300 personas y el edificio fue declarado bien de interés cultural con categoría de monumento en 1992. En 1956 se colocó en el bulevar un monumento al General Ibáñez de Íbero que años después se cambió a la calle Francisco de Sales.
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