Chalé de los horrores
Un informe de la defensa cuestiona los análisis de ADN de la picadora del presunto asesino de Majadahonda
Fuentes jurídicas rebaten el documento y dicen que lo normal es hallar restos biológicos de los investigadores, un extremo que no invalida las muestras de las víctimas
Se trata de un intento de anular una prueba incriminatoria contra el acusado de descuartizar en abril de 2015 a su inquilina en el bautizado como chalé de los horrores de Majadahonda y asesinar a su tía, dueña del inmueble, años antes. Así lo afirman fuentes jurídicas en relación a un informe de parte que trata de poner en entredicho un informe pericial encargado por la defensa del presunto asesino, Bruno Hernández Vega , sobre las pruebas de ADN de las víctimas halladas en la picadora de carne y otros objetos que se incautaron en el sótano de la finca en la que a veces residía, al estar «contaminadas».
El informe encargado por la defensa, adelantado este miércoles por Ep, alude a que en varias de las muestras orgánicas se han hallado restos biológicos de los propios investigadores, lo que supondría que no se ha preservado todo lo que se debía la cadena de custodia. Este extremo invalidaría esta prueba de cargo que confirmaría la autoría del acusado en la muerte de su tía y una inquilina de la vivienda. El estudio ha sido elaborado por los forenses y criminólogos María del Mar Robledo y Ángel Ponce de León.
Sin embargo, las fuentes jurídicas consultadas por ABC echan por tierra ambos extremos. De un lado, precisan que es normal y lógico hallar restos biológicos de los agentes, sin que ello cuestione la validez de las muestras de las víctimas, en este caso, la argentina Adriana Giogiosa y su tía Liria Hernández .
Cadena de custodia
Y, en segundo lugar, en cuanto a su conclusión de que se ha roto la cadena de custodia, restan validez a ese argumento y explican lo ocurrido con los huesos de Ruth y José , los hijos de Bretón, el parricida de Córdoba. Sus cuerpos fueron quemados en una pira que hizo su padre en el patio de una parcela. En un principio, una forense creyó que los restos óseos eran restos de animales. Después, una vez subsanado el error, no se encontraba un hueso, se detectaron dos cajas vacías y fragmentos esparcidos en otra. El juez pidió a la Policía que se investigara su transporte hasta Madrid, las incidencias en su recepción y apertura y por quién, hasta que llegó al Juzgado. El asunto no se aclaró del todo, pero nada de ello impidió que Bretón fuera condenado. Había pruebas concluyentes contra él, igual que en este caso,precisan las fuentes.
El documento, realizado a instancias del abogado defensor del acusado, Marcos García Montes, se llevó a cabo en aras a «informar sobre el poder incriminatorio hacia o sobre Bruno de las muestras biológicas estudiadas por el Departamento de Biología del Servicio de Criminalística de la Dirección General de la Guardia Civil».
El juicio por la desaparición de Gioiosa , de 55 años, a la que se perdió la pista a finales de marzo de 2015, junto con la de su tía, se prevé que se celebrare este mismo año.
A la hermana de su padre se le perdió la pista a finales de 2011 o principios de 2012. Él le dijo a su padre que la había ingresado en una residencia de Ávila y que hablaba con ella periódicamente. Como la familia no se llevaba muy bien, a nadie pareció extrañarle.
Una vez destapado el caso de Gioiosa por el hermano de la víctima, que denunció el 6 de abril que no se podía comunicar con ella, se comprobó que a su tía se la había tragado la tierra. El juez acusa formalmente a Hernández de dos presuntos delitos de asesinato, de falsedad documental , ya que simuló la firma de su tía para quedarse con el usufructo del adosado, junto al de estafa y tenencia ilícita de armas . Sin embargo, su enfermedad puede servirle de eximente. A ambas mujeres se las ha buscado en el vertedero de Pinto sin éxito.
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