Huellas en blanco y negro de un barrio en pandemia

Un libro impulsado por dos asociaciones de Villaverde Bajo narra la vida de los vecinos en el confinamiento y destina toda la recaudación a la red de cuidados

Fotogalería: historia fotográfica del Covid contada por sus vecinos

Los voluntarios de la red de cuidados de Villavede Bajo preparan las cestas de alimentos en la pandemia

Carlota Barcala

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Carmen y Juan se abrazan al recordar las más de seis décadas que han pasado juntos. Ella se ha dedicado siempre a los cuidados de sus hijos y el hogar; él ha pasado toda la vida a los mandos de un tren, hasta que se jubiló. Las manos arrugadas de este matrimonio octogenario dan cuenta de las alegrías compartidas y las adversidades superadas. En 2015, a él le diagnostican alzhéimer y Carmen vuelca en el que es su compañero de vida toda su atención. Pero todo cambia hace casi dos años: el centro de día para personas con deterioro cognitivo al que acude Juan cierra por culpa de la pandemia y, días después, Carmen empieza a tener fiebre. Por primera vez, se separaron para que Juan no se infectase.

Ahora, vuelven a estar juntos, pero ella echa de menos planificar las reuniones con sus hijos y los besos de sus nietas, aunque las nuevas tecnologías –que se ha visto obligada a aprender a utilizar– tratan de suplir la distancia que el coronavirus ha impuesto.

«Tenía tan extendida la infección que los pulmones no iban por sí solos», dice David, que tras superar el coronavirus (del que se contagió en septiembre de 2020) sufre secuelas físicas, como meralgia parestésica, disneas y, sobre todo, psicológicas: «El Covid mentalmente te destroza».

Una planta de residuos y reciclaje es el lugar de trabajo de Iván. Él no lo sabía, pero hace dos años se convirtió en uno de los trabajadores esenciales que no abandonaron su puesto durante la pandemia. «Resultaba raro ir a trabajar. El barrio estaba vacío , pocos coches circulaban», relata. Tuvo que encargarse de tratar residuos hospitalarios, con el temor a contagiarse y la incertidumbre, pero ha sacado en claro que «los empleos más desvalorizados son los que han tenido que seguir adelante en la pandemia , asumiendo el riesgo por el bien común».

Proyecto autogestionado

Estas son tres de las historias que recoge el libro ‘ El barrio. Resistir en pandemia ’, coordinado por la Red de Cuidados de Villaverde Bajo con las asociaciones vecinales La Unidad e Independiente de Butarque, y las fotografías en blanco y negro de Jeosm. La idea del proyecto, autogestionado, surgió tras el confinamiento , en un encuentro fortuito entre el fotógrafo e Iván Bonilla, uno de los miembros del grupo coordinador. Querían hacer algo para ayudar a los vecinos del barrio y, por ello, decidieron que todo lo recaudado con el libro estaría dedicado a la red de cuidados, que ayuda con alimentos y otros productos de primera necesidad a los más desfavorecidos.

Voluntarios preparan las cajas con productos de primera necesidad

«Buscábamos alabar su lucha, el orgullo de barrio y resistencia», afirma Jeosm. «Los vecinos son lo importante. Sacarles una sonrisa cuando lo vieron publicado y dar voz a aquellos que en pandemia lo pasaron tan mal es muy emocionante», cuenta.

«Damos una compra mensual a las familias más necesitadas. Con el paso del tiempo la situación fue empeorando y se demandaban más ayudas », explica Iván Bonilla, que subraya que el libro sirve para alargar los servicios de la red, que no cuenta con recursos institucionales, y mejorar los productos de las cestas mensuales . Un granito de arena en un barrio que intenta rehacerse y superar las consecuencias del coronavirus.

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