Guerra vecinal en Butarque por la construcción inminente de la «pasarela del miedo»

El proyecto mantiene en vilo al vecindario, dividido entre la necesidad de conectar con la estación de Cercanías de San Cristóbal de los Ángeles y el temor a un posible traslado de la delincuencia y la droga

La pasarela salvará las vías del tren entre San Cristóbal de los Ángeles y Butarque (al fondo) FOTOS: DE SAN BERNARDO
Aitor Santos Moya

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Cuando en los albores de los años 2000 se construyeron los primeros bloques de Butarque (Villaverde), pocos imaginaban que aquel enclave de marcado carácter industrial se convertiría hoy en un extenso núcleo habitacional para familias jóvenes, deseosas de vivir con los servicios y comunicaciones propios de una gran urbe. Es por ello que, tras años de reivindicaciones vecinales, la pasarela peatonal que unirá este barrio con el limítrofe de San Cristóbal de los Ángeles verá la luz a lo largo del próximo año después de que el Ayuntamiento de Madrid diese luz verde al proyecto a principios de julio. Se trata de un paso elevado de 170 metros de longitud y 3,5 de ancho, ideado para salvar las vías de la línea de Cercanías C-3 y acceder así a la propia estación. Un proyecto exigido históricamente que ahora, sin embargo, mantiene divididos a los residentes teóricamente beneficiados.

Los problemas de inseguridad que azotan actualmente a San Cristóbal, marcado sobre todo por el notorio incremento de narcopisos y el alto número de robos, han puesto en alerta a parte de los moradores de Butarque, temerosos de que el puente se convierta en un futuro punto de entrada de la delincuencia a sus calles. Este hecho motivó que una vecina iniciase días atrás una recogida de firmas en la plataforma change.org bajo el lema «No a la pasarela que comunicará San Cristóbal con el barrio de Butarque», respaldada hasta la fecha por cerca de medio centenar de personas.

En el texto que acompaña a la petición se hace hincapié en el aumento de «la inseguridad y peor calidad de vida» que provocará este «acceso fácil y sencillo». «Existen otras vías con Renfe Cercanías como la estación de Villaverde Bajo, comunicada con nuestro barrio a través de dos líneas de autobús interurbanos. Quizá no es suficiente debido al alto crecimiento de la zona, pero la solución no es abrir un acceso a uno de los barrios más conflictivos como es el de San Cristóbal», se añade en la explicación, apoyada por numerosos usuarios en la misma página web y a través de las redes sociales.

Dos personas rondan un narcopiso ubicado muy cerca de San Cristóbal

Desde la asociación de vecinos de Butarque, en cambio, rechazan esta postura y mandan un mensaje de tranquilidad «dados los beneficios» que la estructura aportará al lugar. «Esta solicitud se ha realizado a título individual», advierten, antes de dejar claro que la solución no puede ir encaminada al aislamiento de los barrios. «No nos parece justo levantar barreras cuando lo que necesitamos es precisamente lo contrario. Lo que hay que hacer es reforzar la seguridad», subrayan, conscientes de la acuciante necesidad de abrir una nueva conexión con la red de transporte público de la Comunidad de Madrid.

Alertados por el contenido de algunos de los argumentos esgrimidos para censurar el proyecto, la asociación vecinal decidió emitir un comunicado en el que recuerdan que «siempre han sido un barrio solidario, luchador, reivindicativo y eso es lo que nos convierte en un sitio donde nos gusta vivir». En la misiva inciden, además, en que ya existe «un paso peligroso, inseguro e imposible para muchas personas con problemas de movilidad que ahora sí podrán cruzar de un lado a otro»; y piden respeto para los vecinos de San Cristóbal, «cuya inmensa mayoría no merecen el trato que se les da cada vez que se habla de su barrio o se les prejuzga simplemente por su lugar de residencia».

En lo que sí coinciden unos y otros es en la falta de servicios que sufren hoy en día. «Necesitamos un centro de salud, un instituto, mejores comunicaciones por carretera y un mayor refuerzo del transporte público», apuntan en la asociación, en sintonía esta vez con la parte crítica sobre la pasarela. La diferencia entre bandos radica, dentro de las carencias detectadas, en la inclusión o no de este proyecto, cuya inversión alcanzará los 3,8 millones de euros, y que mantiene un plaza de ejecución de nueve meses. El paso peatonal contará con una moderna estructura metálica, extendida entre la última glorieta de la calle de Hulla, en la parte de Butarque; y una parcela de la vía de Paterna. Ambas entradas serán plenamente accesibles al contar con sendas rampas.

Boceto del proyecto de la pasarela que será levantada AYUNTAMIENTO
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