Greenpeace y los piquetes avivan la polémica por Madrid Central
La moratoria de las multas se estrena con bloqueos al tráfico, protestas y guerra de datos sobre polución
Los defensores de mantener Madrid Central habían anunciado que ayer habría piquetes informativos en cinco accesos al área, pero los miembros de Greenpeace se les adelantaron y fueron un paso más allá. Encadenados entre sí y al grito de «Madrid Central funciona» , los 17 activistas bloquearon ayer -el primer día con la moratoria de las multas en vigor- la entrada a la zona de bajas emisiones por la plaza de Cibeles , frente al Ayuntamiento.
Entre las 8.30 y las 10 de la mañana la protesta bloqueó los dos carriles de subida hacia la calle de Alcalá. Solo dejaron libre la vía reservada para el transporte público. Tras cogerles en volandas para retirarles de la calzada, la Policía Nacional les identificó y les impuso una sanción administrativa.
Disuelta esta manifestación no anunciada, otra decena de vecinos del distrito de Centro se concentró en Cibeles a la altura de la calle de Alcalá para repartir hojas informativas a los conductores que accedían a la zona de 472 hectáreas . «Queremos dar un ejemplo de solidaridad, por la salud de todos. Madrid Central ha sido un paso adelante. Pensemos lo que pensemos, todos respiramos el mismo aire, incluso el alcalde», reclamaba el portavoz de la plataforma y miembro de SOS Malasaña, Jordi Gordon, en declaraciones a ABC.
Durante estos tres meses el Ayuntamiento no sancionará a los infractores. La situación es técnicamente la misma que la que se vivió durante la fase de pruebas, entre el pasado 14 de enero y el 14 de abril: solo pueden acceder al área los vehículos de los residentes, los coches con etiqueta Eco y Cero y los que tengan distintivo B o C , siempre que acudan a un aparcamiento. Quienes no cumplan estos requisitos no serán multados con 90 euros , sino que les llegará una carta informativa.
Desde ayer y hasta el próximo 30 de septiembre, el Ayuntamiento realizará una auditoría para revisar y mejorar la medida antipolución, que se estrenó con errores y confusión informativa entre los usuarios. Durante la moratoria, analizarán, según explicó ayer el propio regidor, «el modelo de movilidad efectiva, de contaminación, para que los madrileños tengan garantizada su movilidad, y los comerciantes no tengan que sufrir estas pérdidas». Asimismo, José Luis Martínez-Almeida , expresó, tirando de ironía, su envidia por «la cantidad de tiempo libre» del que disponen las personas que formaron los «piquetes».
Batalla dialéctica
Desde la oposición, la exdelegada de Medio Ambiente e impulsora de Madrid Central, Inés Sabanés , calificó la moratoria de «profundo retroceso» y advirtió al equipo de Gobierno que dar «alternativas» a la Unión Europea para reducir la contaminación «no es tan sencillo». Desde el PSOE su portavoz en el Consistorio, Pepu Hernández, también defendió que la suspensión de las multas es un «fraude de ley».
El rifirrafe dialéctico también se trasladó al terreno de las cifras. Por un lado, los Ecologistas denunciaron que ayer se produjo un repunte de la contaminación NO2 en la estación de la plaza del Carmen. Por el otro, desde el Gobierno de PP y Cs señalaban un aumento del 0,1 % en la M-30 en comparación con los últimos diez días y un descenso del 0,7% en la almendra central -que abarca Madrid Central y siete distritos más- con respecto al lunes pasado.
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