Ángel Antonio Herrera - Cartas a la alcaldesa
La garita
En algunas estaciones de Metro hay algún empleado, pero a veces desaparece, porque sí, o porque hay fútbol, y conviene tener personal suficiente en las desembocaduras del Wanda Metropolitano, o el Bernabeu
Ya voy viendo, alcaldesa, que en la garita correspondiente del Metro hay overbooking de empleados. Pero overbooking al revés. O sea, que en la garita no hay nadie, así por lo general. Claro que no hablo de las estaciones de Metro más famosas o punteras, sino las estaciones de la «clase proletaria» del mapa, digamos, o bien las más alejadas del meollo del cogollo del bollo, que escribía Umbral a otros efectos. No se me escapa que este asunto del Metro, donde se aprecia una baja importante de empleados , es competencia directa de la Comunidad, o eso me advierten algunos interesados, o afectados, pero yo se lo cuento aquí a usted, a ver si puede darle un toque o aviso a Cristina Cifuentes , usando del buen rollo que ambas se traen a menudo. Eso, y que el Metro es ingenio madrileñísimo, y por tanto nos incumbe a todos.
No hay empleados suficientes en esas garitas, o sea, no hay ninguno, a menudo. A veces, hay uno, y ese solitario tiene que ocuparse de dispensar billetes, atender informaciones, atajar problemas técnicos de la estación, e incluso sostener cierto aseo de la zona. Mucha tela para tan poco señor, que a veces es ninguno, insisto. Eso, y que ahí están, o deberían estar, por si procede algún percance, como responsable de sitio, y de oficio. Conste que estás cosas no vienen aquí porque uno le tenga siempre puesto el ojo y el reojo a las esquinas de Madrid, sino porque me llegan quejas, o advertencias, de los propios interesados, que no tienen manos para tanto, y leen el ABC.
Es cierto que en algunas estaciones , más o menos de diáspora, que son las estaciones de las que hablamos, sobre todo, hay algún empleado, pero a veces desaparece, porque sí, o porque hay fútbol, y conviene tener personal suficiente en las desembocaduras del Wanda Metropolitano, o el Bernabeu . Ya le cuento que estas cosas no viven bajo su batuta, pero la reclamación, hoy, consta de encargo, a ver si a usted le hace más caso Cristina Cifuentes que a otras gentes. Porque no creo yo que el empleado de Metro sea un oficio en extinción. Gracias, señora, como siempre.
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