Fitur, cómo apurar el último día de la feria

Madrid resulta un poderoso destino turístico, entre la cultura y la jarana, y ahora celebra una feria al respecto, otro año más, pero una feria donde cabe el mundo entero

Ángel Antonio Herrera

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El futuro planetario del ocio está en Fitur , y luego está el ocio propiamente dicho, cuando Fitur echa el cierre, en la noche, y ese ocio ya lo pone Madrid , que es la brillante ciudad insomne. Será así durante el finde. Madrid resulta un poderoso destino turístico, entre la cultura y la jarana, y ahora celebra una feria al respecto, otro año más, pero una feria donde cabe el mundo entero, con su domicilio de stand. Puedes visitar el mundo, sin salir de casa, o sea, si te acercas un rato a Fitur. Hay otros mundos, pero están todos en éste, en esta gran Feria del turismo, que es como la asamblea anual de los mapas, nacionales e internacionales.

La Feria en sí mueve en Madrid mucha alegría de restaurantes , mucho contento de copeo, mucha deshora de camaradería, porque llega una multitud a la ciudad, en estos días, y se alterna mucho, y se duerme poco. Los de Japón reúnen en su stand ninjas y kimonos, y los del hotel Xcaret , que es un sitio del lujo mexicano, aportan una parroquia de dioses aztecas que te dan la bienvenida junto a un guerrero jaguar. No faltan, obviamente, las exóticas mujeres de Senegal o Brasil, que se van haciendo selfies sucesivos con los curiosos que no cesan. También está de paseo por el sitio el hombre de las nieves, que es también muy solicitado para el guateque de los selfies. En Fitur igual te encuentras un jamón de Teruel, colocado ahí, como un stradivarius de los jamones, que te ves un póster de la Plaza Mayor casi a tamaño real.

Los de Iberia , que celebran el 90 aniversario del primer vuelo, entre Madrid y Barcelona, recrean el interior de aquel aparato, y ofrecen sitio al paseante para hacerse gratis una foto, que es como retratarse hace un siglo, pero con la cara de ayer tarde. Fitur es un ordenado desmadre de actores que van a cumplir de templarios de pega, en algún stand de Castilla, o bien de monstruos mitológicos en los recodos del Méjico espectral. Tiene un éxito alto, y creciente, la oferta de viajes de realidad virtual, que a veces no son viajes propiamente dichos, sino experiencias de turista, o viajero, digamos, como el esquí, el surf, o el extravío por la selva. Eso, y la oferta exclusiva para el turismo LGTB , que en este año celebrará en Madrid la madre de todas las fiestas: el Word Pride .

Lo mejor de todo viaje es el proyecto, arriesgaba el poeta, porque el proyecto no defrauda. Pero parece que lo virtual del viaje moderno tampoco, si atendemos a la demanda bulliciosa del peatonaje . Fitur está entre una cámara de ver los abismos, entre el astronauta y el alucinado, y el oso de tierras polares que suelen poner de peluche gigante en cualquier esquina. Viajemos o no, salgamos al mundo sin salir de Madrid.

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