La Fiscalía pide 15 años de cárcel para el «rey del cachopo» por matar y descuartizar a su pareja

El Ministerio Público acusa a César Román de homicidio y profanación de cadáveres

César Román, el «rey del cachopo»

Carlota Barcala

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Descuartizada y dentro de una maleta. Así encontraron el 13 de agosto de 2018 agentes de la Policía Nacional el tronco de Heidi Paz Bulnes en una nave de Usera. Tres meses después, detuvieron a César Román Viruete, el «rey del cachopo», como autor del brutal crimen de la joven de 25 años con la que mantenía una relación sentimental desde hacía cuatro meses. La Fiscalía pide ahora para él quince años de prisión por un delito de homicidio y otro de profanación de cadáver , con las circunstancias agravantes de la responsabilidad criminal de parentesco y de cometer los hechos por motivos de género. Heidi tenía dos hijos menores de edad que residían en Honduras, su país de origen, para los que el Ministerio Público reclama una indemnizacion de 300.000 euros.

El escrito de acusación señala que César y Heidi se conocieron a principios de abril, cuando ella emeozó a trabajar como camarera en uno de sus restaurantes . Iniciaron una relación y se fueron a vivir juntos. Pero solo dos meses después, la víctima empezó a tener dudas: no sabía si quería continuar con el «rey del cachopo », por eso le dejó una nota en la que decía que se iba «para pensar sobre la relación».

Heidi volvió en agosto y ese fue su final. Llamó a César a las 5.52 horas del día 5 y se desplazó hasta el domicilio que compartían. Él no aceptó que lo quisiera dejar, por eso, según la acusación fiscal, « seccionó su cuerpo , sin importale el ultraje y la deshonra, separando del cuerpo la cabeza y los miembros superiores e inferiores y se deshizo de ellos , sin que se haya podido determinar la forma en que lo hizo».

César Román, el «rey del cachopo», con Heidi

El acusado metió el tronco en una bolsa de plástico que introdujo en una maleta y pidió un taxi para trasladarse a la nave que tenía alquilada donde se hallaron los restos del cadáver . Allí lo roció con sosa cáustica y le cortó los senos, que tenían implantes de silicona para dificultar el rastreo mediante el número de serie. También intentó quemarlos.

César huyó a Zaragoza, donde se refugió tras los fogones de un restaurante. Su jefa fue la que llamó a la Policía cuando vio su foto en la televisión y lo reconoció. Había cambiado de identidiad y de aspecto físico.

Desde entonces se encuentra en prisión provisional. El empresario siempre ha mantenido su inocencia y ha llegado asegurar que la víctima tenía problemas con unos narcotraficantes , los mismos que lo amenazaron antes de que huyese. El juicio , que será con jurado popular, todavía no tiene fecha de celebración.

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