Final Champions League 2019
Los bares de las «fan zones» de la Champions: miedo a los «hooligans» y deseos de hacer caja
Muchos hosteleros reforzarán las medidas de seguridad. Los locales de la plaza de Felipe II, sede de los hinchas del Liverpool, molestos por tener que retirar las terrazas
Madrid se ha convertido en el epicentro del fútbol europeo. A medida que transcurren las horas se ven más aficionados de los dos equipos ingleses en liza, el Liverpool y el Tottenham . La avalancha se producirá entre hoy –víspera de la final de la Champions League que enfrentará a ambos clubes– y mañana. La cita será en el Wanda Metropolitano a las 21 horas y se espera que se trasladen a la capital entre 70.000 y 100.000 personas dispuestas a disfrutar del evento en el estadio del Atlético de Madrid, a verlo por televisión (más de 20.000 no tienen entrada) y a vivir el ambiente futbolístico y festivo en los distintos escenarios que la UEFA ha preparado. No obstante, la acogida de los hosteleros es dispar.
El impacto económico que se prevé que genere este acontecimiento, de 123 millones de euros –de los que 66 se quedarán en la capital , según cálculos de la Unión Empresarial por la Promoción Turística–, es esperado como agua de mayo por diversos sectores. Sin embargo, en el de la hostelería, que estima obtener 18 millones de ganancias, este evento está aguando la fiesta a los bares y restaurantes que desde ayer y hasta el lunes no podrán colocar sus terrazas para que se instalen las «fan zones». También a los que las suprimirán por temor a que sean empleadas como arma arrojadiza si los clientes se pasan de copas, y, planeando sobre todo ello, está el miedo a los «hooligans» o a que salte la chispa si se cruzan los violentos de los dos equipos, por lo que tomarán precauciones.
En la plaza de Felipe II estará la «fan zone » de los seguidores del Liverpool y en la de Colón, la de los del Tottenham. Ayer se ultimaban los preparativos de las carpas y de las barras que expenderán bebidas el sábado hasta las 17 horas , límite para la venta de alcohol, un extremo que tenía exasperados a los dueños de los establecimientos. «Hombre, es que hay que tener en cuenta que pago 10.000 euros al año por los veladores. En esta época de buen tiempo es cuando más público tenemos . Si encima tengo que ver cómo el Ayuntamiento me obliga a retirar mesas y sillas para que delante de mis narices vendan lo mismo que yo, ¿Cómo me puede sentar? Como un tiro». Eso decía el miércoles el dueño de un local cercano al WiZink Center, que prefería omitir su nombre. Estaba indignado. «Es competencia desleal . Nos podrían hacer una rebaja por la facturación que perderemos».
Se despedía apresurado a sus quehaceres con esta frase:«No voy a pegar ojo estos días . Espero que no la líen los radicales, porque entonces a ver si el seguro me abona los daños causados por actos vandálicos», exclamaba.
«Hemos triplicado los pedido de cerveza y la van a vender en nuestra puerta en las barras que va a instalar», se quejaban los hosteleros afectados
«Anda que no hay sitios para la afición sin dañar a nadie», decía un camarero, inquieto por la ampliación de horarios y personal sin saber el resultado
En la Taberna Sabor Campero, el camarero Miguel Baltasar destacaba que su jefe había encargado el triple de barriles de cerveza en previsión del gentío que se iba a congregar ahí. «Lo habitual son diez y ha pedido 30, de 50 litros cada uno».
Al sol había varias parejas de seguidores del Liverpool. Uno de ellos era Richard y su mujer, recién llegados. «Estos días vendrán 50 amigos de mi pueblo». Este seguidor que viajó el año pasado hasta Kiev para ver la final de su equipo con el Real Madrid espera desquitarse esta vez. «No va a pasar nada; los ‘hooligans’ están de capa caída. Lo único que puede suceder es que muchos beban de más», decía con una sonrisa. Aunque las zonas de aficionados dispondrán de urinarios portátiles, en algunos locales iban a cerrar con llave los baños. Eso decía Fernando Coba, camarero de Madariz.
En Rico Tacos, José Luis Taborda se quejaba de la desinformación y del trastorno que les ocasionaba ser uno de los ejes del evento. «Hemos ampliado horarios y plantilla y serviremos en vasos de plástico, nada de cristal ». Y se debatía entre el miedo a la aglomeración y la falta de clientes. «Anda que no hay sitios para montar esto y no perjudicar a nadie»...
Nada que ver con la hamburguesería Tommy Mel’s, deseoso de hacer caja como en Navidad. Lo mismo ocurría con otros locales en calles aledañas a la plaza. No obstante en El Barril no iban a colocar terrazas en ninguno de sus establecimientos e iban a contratar a vigilantes de seguridad . Los únicos que echarán el cierre mañana serán Los Torreznos y el bar de al lado.
En Colón, en el Hard Rock montarán un palco VIP con dos pantallas gigantes para que los hinchas puedan ver el partido, ya que la UEFA prohíbe instalarlas en la vía pública. Y, por si las moscas, pasarán de tener un vigilante de seguridad a ocho. El restaurante Más que menos, también iba a transmitir el encuentro. «Nuestro deseo es que el público esté bien atendido y que no haya mesas libres», indicó uno de los camareros. Los locales aledaños mantendrán sus veladores y en el Canalla Bistro de Platea triplicarán la seguridad privada.
Todo está listo para celebrar el mayor acontecimiento futbolístico del año y recibir a los hinchas . Los hoteles, a punto de colgar el cartel de completo y un dispositivo de seguridad sin precedentes, que arrancó ayer, integrado por 4.700 efectivos , que contará con un dron. «Que todo discurra sin incidentes dentro y fuera del campo», era el deseo unánime.
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