Fahmi Alqhai: «Queremos recrear cómo tocaría un instrumentista de finales del siglo XVI»
El prestigioso violagambista interpreta el espectáculo 'Rediscovering Spain' hoy en el Festival Internacional de Verano de El Escorial, junto a la Accademia del Piacere y Patricia Guerrero
Fahmi Alqhai , reconocido internacionalmente como todo un creador revolucionario en la actualización e interpretación de repertorios históricos , y uno de los más prestigiosos intérpretes de viola da gamba mundial , está recorriendo este año los teatros y espacios culturales más prestigiosos de Europa y Asia, con los diversos proyectos historicistas que ha desarrollado en los últimos años.
Dentro de su gira por España, hoy llegará hasta el Festival Internacional de Verano de El Escorial , lugar donde ofrecerá, junto a la Accademia del Piacere y Patricia Guerrero, el programa 'Rediscovering Spain', en el Teatro Carlos III , de San Lorenzo de El Escorial (20.30h, 20-25 euros). Se trata de un programa que indaga en la recuperación de la práctica instrumental, en este caso hispana, y de la lectura musical de los siglos XVI y XVII , alejándose de la somera interpretación de las fantasías, diferencias y glosas —ya creadas en dicha época como ejemplo de una praxis— y centrándose en la pura creación e interpretación según los verdaderos criterios historicistas: el auténtico objetivo y fin de los músicos en todas las épocas.
«Estoy encantado de volver al Teatro Carlos III de San Lorenzo de El Escorial , el cual ya ha visitado en muchísimas ocasiones. Para mí es un placer volver y disfrutar de un escenario tan fantástico» dice Alqhai. «'Rediscovering Spain es un programa que tiene ya bastante años, que ha girado muchísimo por todo el mundo, y que intenta acercarse a la música de finales del siglo XVI y principios del XVII en España, lo que es el nacimiento del Barroco hispano. Y lo abordamos de un modo bastante abierto, en un acercamiento que intenta emular cómo lo haría un instrumentista de la época Tomamos melodías, bajos y danzas muy famosas de la época, metiendo algún elemento histórico, algo que se haya escrito sobre ello, y recreando la práctica que se hacía entonces reconstruyendo esas danzas desde un punto de vista muy personal. Es un espectáculo que siempre funciona muy bien, muy querido, y que al público siempre le encanta».
La Accademia del Piacere, en palabras del propio Alqhai, «es un grupo de música que se fundó en abril de 2002, y debutó con un concierto en Sevilla». Desde entonces ha ido creciendo y ampliando fronteras, pasando por toda América y Japón . «También somos muy recurrentes en las salas más importantes de Europa, en el circuito clásico y antiguo», dice el artista sevillano. «Desde el principio queríamos que fuera un grupo abierto, que no se dedicara sólo a la música antigua, sino que investigara con otros tipos de música. Eso nos ha caracterizado y nos ha abierto el camino para experimentar y hacer una música viva, que llegue al público».
Según el prestigioso violagambista Juan Ramón Lara , que actualmente está trabajando con Alqhai, el espectáculo transporta a «la ultraconservadora monarquía española del hoy llamado Siglo de Oro, que cerró a cal y canto las fronteras culturales del país por miedo a las heréticas influencias noreuropeas. Con la censura y la Inquisición a pleno rendimiento, las artes sufrieron las consecuencias de ese nacionalismo regresivo, pero paradójicamente hoy podemos disfrutar de sus consecuencias musicales pues, alejados de las corrientes italianizantes, los músicos españoles se vieron forzados a crear una música singular y original: llena de arcaísmos pero también de soluciones nuevas y personales, influida por la música popular vernácula y también por formas y estilos procedentes de las inmensas colonias de la corona hispana».
Si la música litúrgica se vio abocada a la repetición de clichés ya vigentes, la profana y la instrumental, incluso las destinadas a ambientes aristocráticos privilegiados «se vieron literalmente anegadas por la influencia de las danzas traídas de allende los mares por colonizadores y colonizados. Por ahí se colaron en los palacios no sólo los ritmos tradicionales españoles, sino los venidos del Nápoles dominado por los Austrias, de la vecina Portugal, por supuesto los procedentes de los virreinatos americanos y, a través de ellos, los traídos del África negra por miles de esclavos forzados a cruzar el Atlántico durante los siglos XVI y XVII .
Fue escondidas tras los rasgueos del instrumento de moda, la guitarra, como se filtraron en los palacios esas danzas, de compás casi siempre ternario y en forma de variaciones sobre un basso ostinato, o sea, de armonías repetidas sobre las cuales los músicos podían improvisar libremente y exhibir así sus recursos instrumentales. En las fuentes anónimas y en ediciones como las de Santiago de Murcia o el aragonés Sanz se pusieron por escrito las improvisaciones más conseguidas; a través de ellas podremos escuchar ese decisivo paso, a través de España, de sus ritmos cruzados y sus armonías sencillas e insistentes».
Procedentes de los medios más humildes y de las regiones más alejadas del mundo, avanzadas de una primera globalización, esas danzas acabaron por dominar la música de la mismísima corte de Versalles o alcanzar la pluma de grandes como Bach o Scarlatti , en cuyas manos chaconas, fandangos, folías y canarios pusieron su pie en la Historia; pero antes habían dejado un rastro indeleble en la música popular española, del que el baile y la guitarra flamenca son testimonio vivo, con sus rasgueos, sus zapateados y su característica polirritmia de ascendencia africana.
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