El entorno de Esperanza Aguirre acusa a Cifuentes de enchufar el «ventilador»
A la expresidenta le ha sorprendido la decisión de su sucesora, acorrada por el «mastergate», de llevar a la Fiscalía las irregularidades que se han detectado en la Ciudad de la Justicia
A Esperanza Aguirre le ha sorprendido la decisión de su sucesora, Cristina Cifuentes , de llevar a la Fiscalía las irregularidades que se han detectado en la Ciudad de la Justicia «con el periscopio bajado y la conciencia tranquila». No obstante, en el entorno de la expresidenta madrileña no se ha recibido nada bien la citada denuncia y se interpreta como una «maniobra de distracción» que sea ahora, cuando la actual jefa del Gobierno madrileño pasa por sus peores días políticos a causa del «mastergate» , el momento en que se ha optado por denunciar ese proyecto que ya llevó hace un mes la oposición ante el Ministerio Público. Una suerte, califican los cercanos a Aguirre, de puesta en marcha del «ventilador» para cambiar el foco de atención pública y evitar la presión de todo el arco parlamentario para que Cifuentes deje su cargo.
De hecho, entre ambas excompañeras la relación es inexistente, sobre todo desde la salida de la primera línea de Aguirre, que ha visto cómo su sucesora ha trazado una línea roja con su gestión por su supuesta connivencia con la época negra del PP de Madrid, encarnada por sus dos principales colaboradores, Ignacio González y Francisco Granados , ambos investigados por la Justicia.
Fuentes cercanas a Aguirre recuerdan que la Ciudad de la Justicia «no estaba en el programa electoral con el que el PP concurrió a las elecciones autonómicas de 2003». Es en 2004 cuando, según esas mismas fuentes, el Gobierno de la Comunidad que dirige Aguirre recibe la unánime petición del colectivo judicial para que se concentren todos los edificios dedicados en Madrid a la Justicia, en un solo terreno, al estilo de otros países europeos y de algunas regiones españolas, como la Comunidad Valenciana. Al frente de ese proyecto se coloca el entonces titular autonómico de Justicia, Alfredo Prada , que terminaría siendo relevado por Aguirre para integrarse en el sector más afín a Mariano Rajoy. Para Aguirre, es Prada el cerebro de una operación que todavía no se ha podido demostrar que cometiera ninguna ilegalidad, tal y como él sostuvo en la comisión de investigación en la que ofreció explicaciones a petición de la oposición.
Para el entorno de Aguirre, las deficiencias en la gestión del macroproyecto , que se conocen desde hace dos años y medio, vienen dadas por la llegada de la crisis que impidió vender los inmuebles que se pretendían sustituir por la Ciudad de la Justicia al precio al que habían sido tasados y aceptados por Engracia Hidalgo , actual consejera de Cifuentes que también lo fue de Aguirre durante la legislatura en la que se planificó este plan urbanístico. Asimismo, el entorno de la que fuera presidenta del PP de Madrid explica que la fórmula de gestión elegida para el proyecto, una Sociedad Anónima, evitó ningún quebranto patrimonial para la Comunidad.
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