Emoción ante «la más castiza y chulapona»
El arzobispo de Madrid Carlos Osoro comenzó la celebración del día con los oficios de la misa de la mañana
![El «homenaje» de los bomberos, ayer, al paso de La Paloma](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2016/08/16/art%20ad-kyBE--620x349@abc.jpg)
Un año más, el 15 de agosto a las 20 horas fue la cita de la Virgen de la Paloma con los más fieles a la que se considera «patrona popular de los madrileños» . Por la mañana, el Cuerpo de Bomberos descolgó el lienzo de la Virgen de su retablo en la parroquia de la Paloma y San Pedro el Real, y lo montó en su carroza, lista para desfilar. Entronizada, la Virgen salió por la calle Isabel Tintero, al grito de «Paloma, por ser tú la más castiza y chulapona» y escoltada por bomberos del Ayuntamiento y de la Comunidad y por los chulapos y el resto de comisiones que encabezan tradicionalmente la procesión. La acompañó también el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro , que comenzó la celebración del día con los oficios de la misa de la mañana.
A pesar del calor, miles de personas se congregaron a las puertas del templo para acompañarla en su recorrido, y otras tantas esperaban con emoción su paso para rezarle y brindarle piropos. «¡Viva la Virgen de la Paloma!» , gritaba de tanto en tanto uno de los chulapos, a quien el público contestaba con un enérgico «¡Viva!» .
El lienzo de Nuestra Señora de la Soledad –para los madrileños, la Virgen de la Paloma– desfiló ayer por las calles del barrio de La Latina , en una carroza engalanada con cientos de claveles de colores y empujada por un grupo de fieles que mantuvo el ánimo durante toda la procesión. El paso, que tiene un peso de unos 5.000 kilos , encauzó la Gran Vía de San Francisco hasta la Puerta de Toledo al ritmo de la banda musical. Allí, unos bomberos la esperaban en las alturas, sostenidos por dos plataformas desde las que lanzaron espuma y pétalos de rosa. En su honor, los agentes descendieron por las cuerdas realizando una exhibición que motivó vítores y aplausos entre los espectadores .
Este año, la alcaldesa, Manuela Carmena, sí estuvo presente durante toda la procesión –el año pasado no asistió–, y lo hizo sin dejar de saludar y sonreír a izquierda y derecha. Desde los balcones, muchos cortejaban a la Virgen que avanzaba bajo sus pies. Pero no solo los fieles a la Paloma caminaban tras ella, turistas y ciudadanos de otros puntos de España se unieron a la celebración para conocer de cerca el festejo: «Estoy viviendo en Madrid desde hace menos de un año y he venido a ver la procesión. Me ha encantado ver la devoción de tanta gente y el espectáculo de los bomberos» , comenta un valenciano frente al paso. A su lado, un madrileño de 81 años se seca las lágrimas: «Vengo todos los años a verla, solo le pido salud para mi familia». En su tramo final, la Virgen enfiló la calle de la Paloma para regresar a su santuario, donde los bomberos la colocaron en su retablo al canto de la Salve.
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