Edificio Carrión: el cine, en un hito del art déco

El emblemático «Capitol» celebra su 85 aniversario con visitas guiadas para descubrir sus secretos

Edificio Carrión, con su célebre anuncio de neones, en la Gran Vía de Madrid Guillermo Navarro
Adrián Delgado

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Su chaflán rompe las mareas de peatones –diminutos e incesantes como un reguero de hormigas– y marca el camino a la Gran Vía en la curva que traza su último tramo . Un «flatiron» a la madrileña que guía al turista con su faro de neón intermitente. Cada 30 segundos, cuando el asfalto se traga el sol, la luz arcoíris tiñe su fachada por completo para ser inmortalizada, miles de veces, a golpe de «selfie». Brinda así ese instante cinematográfico que se respira en su interior y que destila su fachada. Y es que el cine está en sus tripas –su sala, Capitol , le ha robado su nombre verdadero– y en la estampa en blanco y negro del mármol y el granito con los que los jóvenes arquitectos Luis Martínez-Feduchi y Vicente Eced y Eced regalaron en los años 30 un hito del art déco a la capital.

Habitación temática del hotel Vincci Capitol Guillermo Navarro

El pasado 15 de octubre, el Edificio Carrión , que así se llama, cumplió en plena forma su 85 cumpleaños. Una fecha señalada, precisamente este año, por su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Comunidad de Madrid. Para celebrarlo, este templo del séptimo arte y la arquitectura abre hoy sus puertas en una visita gratuita y exclusiva. Lo hace de la mano de Madrid Otra Mirada, organizado por el Ayuntamiento de la capital para diez privilegiados que ya han reservado su plaza.

No serán los únicos que puedan descubrir los rincones y secretos que esconde el que se ha convertido en el hotel insignia de la cadena Vincci en la capital desde hace 14 años. El próximo 16 de noviembre, a mediodía, también se podrá hacer un recorrido por él de la mano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, previa inscripción. Quienes se adentren el que hoy es el Vincci Capitol podrán ver los detalles de un rompedor proyecto para su época que logró convencer a Enrique Carrión y Vacín, Marqués de Melín. Martínez-Feduchi y Eced sedujeron al propietario de un solar de difícil encaje. El primer concurso privado entre arquitectos de renombre que convocó fue declarado nulo. En él participaron Muguruza, Paramés o Gutiérrez Soto. El marqués contrató directamente a Feduchi y Eced para que realizaran una nueva propuesta. Sus planos decoran hoy cada una de las plantas del hotel.

Habitación 1102 del hotel Vincci Capitol, situada tras el luminoso de neón Guillermo Navarro

Sin más referencia en las alturas que el Edificio Telefónica de la Gran Vía, el Carrión rompió los moldes de la construcción inspirándose en los rascacielos de Nueva York y las corrientes racionalistas y expresionistas que vibraban en Europa. Se hicieron 64 apartamentos –los primeros en régimen de alquiler–, el hotel, una cafetería, un bar, un restaurante, una fábrica de agua de Seltz, oficinas y una sala de fiesta. En total, catorce plantas, doce de ellas sobre rasante, con un enorme cine para 2.000 personas, hoy dividido en salas más pequeñas. Sus estancias, las del hotel y las del cine, siguen hoy comunicadas en sus entrañas. «A las cuatro de la tarde el olor a palomitas inunda los pasillos. Es algo singular que da más encanto aún a este sitio», explica a ABC Patricia Rubido, la directora del hotel. El establecimiento ha creado un menú con guiños a clásicos como Casablanca o El Padrino. Se sirve en el bar de la primera planta. Su barra es la original del ambigú del Capitol.

A vista de pájaro

El vértigo se siente en las alturas de sus terrazas, dos de ellas comunes para uso y disfrute de sus clientes. Desde arriba, superado el neón publicitario célebre por la escena del Día de la Bestia –de nuevo, el cine por todos lados–, la vista de pájaro de la vida a ras de suelo resulta hipnótico. «Es como el fuego en una chimenea», comenta Rubido. El hotel de 4 estrellas ofrecerá a sus clientes, en noviembre, paseos por sus estancias más icónicas

Vistas desde la habitación de la planta doce del hotel Vincci Capitol Guillermo Navarro
Vistas desde la terraza privada de la última planta del hotel G. Navarro

El miedo al vacío también se siente en su escalera, curvada y protegida, que conserva su barandilla original. Se usó poco gracias a su ascensor. No fue el único avance que incluyeron. En su construcción se utilizó una fórmula mixta de hormigón y acero, telas ignífugas y un sistema de refrigeración, el primero centralizado de Madrid, que ocupaba toda una planta. En 2007, Rafael de la Hoz rehabilitó el Carrión y creó sobre el «abismo» de la pantalla del Capitol habitaciones temáticas dedicadas al séptimo arte. Si quieren dormir detrás de sus 104 neones, pidan la 1102 o la 1002.

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