La dimisión más rápida de la historia de la región madrileña

La marcha de la ya exdirectiva del Gobierno de Ayuso se gestó en poco más de media hora

Isabel Díaz Ayuso (PP) e Ignacio Aguado (Cs), ayer en la Asamblea J. GARCÍA

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La primera noticia sobre el plagio en la tesis doctoral de la directora general de Educación Concertada , Becas y Ayudas al Estudio de Madrid apareció en la portada de la versión de ABC de Kiosco y más, un adelanto del ejemplar del día siguiente que sólo puede verse por ordenador. Eran las 11.30 de la noche del miércoles. Una hora después, se comunicaba oficialmente la dimisión de la directiva.

Pero la decisión de Concepción Canoyra fue incluso más rápida: la tomó a apenas media hora de publicarse la noticia. Lo contaba ayer la propia presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso: «Habló con el consejero de Educación, Enrique Ossorio, y le dijo que prefería apartarse porque no quería perjudicar un proyecto que le ilusionaba».

El Gobierno del PP actuó rápido en este caso: no quería que les estallara el escándalo en la mañana del jueves, durante el primer pleno ordinario de la legislatura, como un eco de otros tiempos en que casi cada mañana se desayunaban con el sapo de un nuevo caso de corrupción. «Nueva era», pensaron, y decidieron que se notara.

El runrún llevaba días ya en la consejería, pero allí confiaban en las primeras explicaciones de la directiva y en que todo quedaría en nada. Pero ante la rotundidad de las informaciones, se decidió que lo mejor era frenar la bola de nieve antes de que se formara. Pasaban treinta minutos de la medianoche cuando se comunicó la dimisión, y quince minutos después se hacía pública la carta de la interesada dejando el cargo.

Rápida reacción

La rapidez en reaccionar frenó la polémica. Y aunque el asunto fue la comidilla del primer pleno, y objeto de las preguntas de todos los informadores en la Asamblea, se hablaba ya del caso en pretérito, lo que demuestra que la estrategia seguida había dado sus frutos .

No obstante, el caso Canoyra aún tuvo algunos coletazos, especialmente en dos direcciones. Por un lado, respecto al peso que había tenido cada una de las «almas» del Gobierno regional en el rápido desenlace del episodio. Por otro, sobre su efecto ejemplarizante en comparación con otros casos de plagios de políticos en sus tesis y obras.

Sobre el primer asunto, desde Ciudadanos pareció haber un intento de apuntarse el tanto: «En cualquier gobierno en que esté Cs no hay lugar para las trampas» , porque «todo el mundo sabe que somos el partido de la transparencia», como dijo el portavoz de la formación naranja en la Asamblea de Madrid, César Zafra.

No obstante, fuentes de la formación esquivaron abrir una polémica sobre este espinoso asunto, y explicaron que la decisión se había tomado «en el seno del Gobierno, y respaldada por la unanimidad del Gobierno».

Los hechos parecen indicar que fue en el núcleo popular del Ejecutivo, en la Puerta del Sol, donde se gestó la dimisión. El consejero de Educación, Enrique Ossorio , de quien dependía Canoyra, se mostró apesadumbrado por la pérdida de la que seguían considerando un buen fichaje, pero a la vez satisfecho de su dimisión «inmediata», que consideraba «ejemplar».

No era una forma de hablar: Ossorio colocó a su ex directora general como ejemplo de lo que hay que hacer en política, frente a quienes en circunstancias similares —tras acusaciones de plagio— siguen «agarrados al puesto». Los citó abiertamente el vicepresidente madrileño Ignacio Aguado (Cs): «Mientras el presidente en funciones Pedro Sánchez y el presidente del Senado, Manuel Cruz siguen dando lecciones, el Gobierno de la Comunidad de Madrid predica con el ejemplo».

Por si no había quedado claro con la fulminante dimisión, Aguado fue menos sutil: «Se ha hecho lo que se tenía que hacer. Este Gobierno inicia una nueva etapa». Y a buen entendedor ...

«Pena» por los jóvenes

Desde el resto de grupos políticos madrileños, la crítica fue común ante las acusaciones de plagio. Pero en la izquierda nadie miró hacia los casos de Sánchez y Cruz , señalados por el mismo tipo de actividades y, en el caso del presidente en funciones, incluso en la misma universidad y en prácticamente los mismos días.

El socialista Ángel Gabilondo dijo sentir «pena» por los jóvenes a quienes se les pide «el esfuerzo» de que estudien y luego ven «cómo algunos se saltan las reglas y obtienen esos títulos de forma presuntamente fraudulenta».

Desde Unidas Podemos, Isa Serra achacó la dimisión a la «falsa meritocracia para el PP». Pablo Gómez Perpinyà, portavoz de Más Madrid tras la «fuga» de Errejón, insistió en que Ayuso «debería dar explicaciones, y la pregunta que hay sobre la mesa es por qué se produce una dimisión y no un cese».

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