Los devastadores efectos de reventar con explosivos las sucursales bancarias de Madrid
Es el segundo robo que se comete con este «modus operandi» en menos de un mes
El estruendo fue mayúsculo. Poco antes de las 6 de la mañana de ayer, una banda especializada voló con explosivos la cristalera de una sucursal bancaria de Bankinter, ubicada en el centro comercial La Bolsa, en Majadahonda. En cuestión de minutos irrumpieron en el establecimiento y sustrajeron el cajero , sin que por ahora haya trascendido la cantidad de dinero afanada. Tras ello, emprendieron la huida a bordo de un vehículo. Este robo se suma al perpetrado la pasada Nochebuena en Vicálvaro contra un local del Banco Santander, por el mismo «modus operandi».
Fuentes de la Guardia Civil explicaron que un número todavía no determinado de individuos participó en el asalto al Bankinter, llevado a cabo en una zona de ocio nocturno de la localidad majariega. Dado el perfecto estado que presentaban los pivotes anti-alunizaje situados frente al escaparate, la opción de que los ladrones hubieran empleado un turismo para acceder quedó descartada. Así, los investigadores están a la espera del resultado del análisis para determinar el tipo de explosivos utilizado.
Los operarios del Ayuntamiento acordonaron a primera hora del día la zona, a la altura del número 48 de la Carretera de Pozuelo, para poner en marcha las pesquisas. Completadas las averiguaciones sobre el terreno, los trabajadores del banco pudieron acceder para hacer balance de los daños e iniciar las tareas de limpieza de paneles, cristales y mobiliario de oficina destrozados por la detonación.
En la madrugada del 25 de diciembre, otra sucursal, en este caso del Banco Santander, sufrió los estragos de los ladrones, que tampoco dudaron en usar material explosivo para irrumpir en el interior. El suceso tuvo lugar alrededor de las 3 horas en la confluencia de la avenida de Daroca y la calle de Calahorra (Vicálvaro). Subidos en un Audi, los malhechores llegaron hasta su objetivo y trataron de forzar la entrada por varios puntos. Con mazas intentaron romper el cristal de la puerta, pero al no conseguirlo, optaron por accionar el artefacto.
Este método, más sofisticado que el simple alunizaje, saltó al primer plano mediático cuando la Policía Nacional detuvo a tres individuos en 2017, después de hacer estallar un importante número de cajeros automáticos de la capital. El Grupo XXI de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, experto en robos con fuerza, bautizó la investigación como operación Barreno, saldada con el desmantelamiento de una banda que habría llegado a amasar una fortuna de cientos de miles de euros.
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