Desmantelado por segunda vez en tres meses un taller clandestino que falsificaba prendas de marca

Los agentes han detenido a cinco personas y han intervenido 2.853 artículos y 55.000 euros en efectivo en dos naves en Valdemoro

Lox agentes inspeccionaron naves en Valdemoro POLICÍA

S. L.

En apenas tres meses, un taller clandestino que falsificaba prendas de marcas de reconocido prestigio ha sido desmantelado en dos ocasiones. Primero en marzo y, después, en junio, los agentes de la Policía Nacional , la Guardia Civil y la Agencia Tributaria cerraron el negocio ilegal, dedicado a la producción textil y que vulneraba los derechos de propiedad industrial de numerosas marcas.

El pasado 26 de junio, se procedió, mediante mandamiento judicial, a la realización de entradas y registros en dos naves de Valdemoro , que acabaron con la detención de cinco individuos , tres de ellos de nacionalidad española, uno de nacionalidad venezolana y otro de nacionalidad marroquí. También se procedió a la intervención de un total de 2.853 artículos falsificados , además de diversa maquinaria para la confección de las prendas, 55.000 euros en efectivo y diversa documentación.

La primera intervención se llevó a cabo el pasado 4 de marzo. Los agentes de la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera practicaron dos inspecciones en las naves , donde se intervino gran cantidad de mercancía falsificada, como zapatillas deportivas, ropa de deporte de clubes de fútbol y de equipos de baloncesto de la NBA.

En las naves también hallaron maquinara para la confección y fabricación de todos los artículos. Los agentes encontraron planchas térmicas, bordadores industriales, plóteres de impresión, plóteres de corte de vinilo e impresoras de gran formato, todo ello vinculado a programas informáticos que prácticamente permitían a los responsables falsificar cualquier marca y signo distintivo.

Envío a domicilio

En una de las naves, también se hallaron numerosos paquetes para su envío a domicilio . Además, tenían cuantioso material de una conocida empresa de paquetería para confeccionarlos, contando con una máquina expendedora de las etiquetas donde se consignaban los datos de remisión y destinatario, lo que evidenció la cantidad de pedidos que tramitaban.

El «modus operandi» era el siguiente: la materia prima tenía origen en la empresa y la oferta del producto se llevaría a cabo a través de una página web que, para publicitar la actividad ilícita denunciada, utilizaban otras páginas web y diferentes cuentas de una conocida red social. Vinculadas a las mismas se encontraron tres sociedades mercantiles , de las que eran administradores únicos los investigados. Identificadas las personas responsables de estas empresas y sitios web, se localizaron las dos naves industriales, que carecían de cualquier tipo de actividad legal. Se procedió a su registro, quedando la mercancía y la maquinaria precintadas policialmente.

Con la intervención llevada a cabo, se daba por finalizada la investigación y la total desarticulación de esta cadena de producción ilícita. Sin embargo, el día 21 de abril se pudo comprobar que seguían publicando anuncios relacionados con la actividad ilícita intervenida.

El 22 de abril, varios agentes procedieron a la identificación de un vehículo en el que viajaban tres personas, que luego resultarían estar entre los detenidos. El titular de este vehículo era una de las sociedades mencionadas cuya administradora es otra de las personas que resultaron arrestadas. Transportaban ropa deportiva falsificada y paquetes de envío.

Tras diversas comprobaciones, los investigadores corroboraron que en las naves seguían funcionando las máquinas y que existía un movimiento de dinero en las cuentas asociadas tanto a las personas físicas como a las sociedades de los investigados, cuya justificación no podía acreditarse por una actividad legal conocida. Además, las personas investigadas manejaban cantidades elevadas en efectivo , estando directamente involucrados en actividades que vulneran los derechos de propiedad industrial.

Por otra parte, seguían utilizando las naves de Valdemoro, donde tenían todos los efectos y maquinaria para poder seguir con la actividad delictiva contra la propiedad industrial, a pesar de haber sido precintadas policialmente. También utilizaban un inmueble de la localidad madrileña de Cubas de la Sagra , donde hacían entrega de los paquetes para su posterior reparto.

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