La demolición controlada de las plantas superiores del edificio siniestrado comenzará en las próximas horas
Los bomberos y la Policía Municipal están retirando todos los vehículos de la zona afectada, muchos de ellos dañados
«Un escenario bélico» . Así ha definido el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, la estampa que se encontró ayer al acudir a la calle de Toledo tras la explosión de gas que se produjo cuando se estaba revisando una caldera en un edificio de casas parroquiales. Apagadas las llamas y despejada ayer toda la zona, este jueves ha comenzado el desmantelamiento del inmueble. Este se realizará mediante una demolición controlada de las plantas superiores del edificio siniestrado, según avanzó el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes.
Las grúas han acudido a las 8 horas para empezar la demolición de lo que queda en pie del número 98 de la calle de Toledo. Hay que realizar esta operación «muy poco a poco» porque no se puede hacer desde dentro ante la imposibilidad de pisar esas plantas por el riesgo que entraña. «Los Bomberos del Ayuntamiento han reanudado los trabajos a las 8 de la mañana, no nos hemos ido de la zona, hemos tenido un retén por relevos toda la noche vigilando el siniestro. Nuestro trabajo es juntarnos con los técnicos de control de la edificación del Ayuntamiento de Madrid y valorar el estado de la situación y planificar los trabajos que tenemos por delante. Lo primero que tenemos que hacer es retirar todos los vehículos de la zona afectada y lo vamos a hacer con Policía Municipal», ha explicado Carlos Martín, jefe de guardia de Bomberos.
Por su parte, Martínez-Almeida ya había avanzado que estas plantas «tendrían que ser objeto de un derrumbe controlado». Además, los bomberos tendrán que revisar la pared medianera con la residencia de ancianos colindante, en la que nadie ha resultado herido. El primer edil aseguró que «esta tragedia podría haber tenido una magnitud más considerable» al estar también al lado de un colegio.
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