Cuatro choques en 24 horas entre Ayuso y Aguado

La tensión crece entre PP y Cs, y complica el acuerdo con Vox sobre los presupuestos

Sara Medialdea

Si un matrimonio (político) resulta a veces complicado, el experimento de añadir un tercero a la fórmula –lo que ahora se conoce como poliamor– está resultando caótico en la Comunidad de Madrid. La relación entre los socios de Gobierno –PP y Cs– va a peor, y en los últimos días las disensiones han sido palpables. Es más, se diría que incluso se han querido airearlas . Ayer en la Asamblea se cruzó una nueva línea, cuando una parte del Ejecutivo –la formación naranja– anunció ante el Parlamento regional una Ley de Igualdad de la que la presidenta no sabía nada.

Una situación inédita que dejó estupefactos a los populares y aún más estupefacto a l tercero en discordia, el socio de investidura Vox , con quien se negocian los presupuestos en la actualidad, y que tiene entre sus banderas la lucha contra lo que considera «ideología de género». Algo que ayer visibilizó negándose primero a apoyar la Declaración Institucional por el 8-M, y preguntando después a la presidenta en el pleno por su postura sobre la autodeterminación de género: «¿Dónde está el PP, una vez más?», le espetaba Rocío Monasterio a Díaz Ayuso.

El café de la paz

Ésta evitó el debate, pero minutos después ‘coincidía’ en la cafetería de la Asamblea con Monasterio y la invitaba a un café . Las dos solas en una mesa, sin testigos –salvo el fotógrafo que inmortalizó oportunamente el encuentro–, en una puesta en común que tal vez tuviera que ver con la negociación de presupuestos, pendiente de cerrar aún muchos flecos.

De hecho, Ayuso estaba sentada con su portavoz en la Asamblea, Alfonso Serrano, cuando llegó Monasterio y aquel se marchó para dejarlas solas. Ayuso tomaba notas; tal vez de peticiones . «Ha sido sólo un café», argumentaban en el PP. «Un encuentro informal en el que compartieron ideas, para ver cómo mejorar la vida de los madrileños», señalaban en Vox. Ciudadanos, invitado de piedra, miraba con cierta desconfianza. El café, por cierto, lo pagó Díaz Ayuso.

Pero mientras las dos damas tejían el posible acuerdo presupuestario, otra mano destejía esa entente: en el hemiciclo del parlamento madrileño, el consejero de Políticas Sociales Javier Luengo, de Ciudadanos , anunciaba que se estaba elaborando una Ley de Igualdad. Un texto que fomentará la presencia femenina en las carreras técnicas, su visibilidad en la investigación e incluso que promoverá la contratación pública de empresas que desarrollen políticas de igualdad. Un anuncio del que la presidenta Díaz Ayuso no sabía nada, reconocieron fuentes de su entorno: «Se ha anunciado algo sin que la presidenta fuese informada sobre este tema».

Vacunados

Una gota más en un vaso que debe estar ya muy colmado. A juzgar por la última semana: el día anterior, el vicepresidente y portavoz Ignacio Aguado sugería ante la prensa que las personas ya vacunadas pudieran transitar libremente por toda España en Semana Santa. Una opinión personal, puntualizó, que corrigieron desde Sol, indicando que no había sido consultado con las autoridades sanitarias. Y que la propia presidenta –que defiende que Madrid esté abierto en Semana Santa– le afeó ante la prensa, recordándole que «las competencias en materia de Sanidad las tiene un consejero que estaba allí presente (en el consejo de Gobierno) y al que no le ha consultado».

Corea del Norte

No tardaba Aguado ni un día en responderle, en Onda Cero, que «las opiniones no se corrigen, salvo en Corea del Norte ». De hecho, insistía en un tuit en su idea de que los vacunados queden libres de confinamientos, un debate, dijo, que estaba abierto en Europa a través del pasaporte sanitario.

Los tropiezos entre ambas mitades de un mismo gobierno siguieron acumulándose: en la misma jornada, la de ayer, otra bronca en la Asamblea enfrentaba a PP y Ciudadanos por el futuro de Telemadrid, pendiente de renovar su contrato. Mientras la formación naranja defendía una renovación inmediata del mismo, en el PP criticaban la gestión actual del ente público.

Apoyo al cese de la gerente

Y aún hubo una cuarta pelea: Cs apoyó el cese de la gerente del Hospital Príncipe de Asturias –que en una grabación pedía retirar el móvil a los pacientes, ya que protestaban por su traslado al Zendal–, mientras el PP la defendía, y afeaba a su socio este comportamiento poco solidario.

Así las cosas, no es extraño que esta casa de los líos en que se convierte a veces el Gobierno regional sea motivo de chanzas. Como la que ayer realizaba Rocío Monasterio:«El día que llegue a un acuerdo de presupuestos, tendré mucho mérito porque habré logrado que Aguado y Ayuso se pongan de acuerdo».

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