La criminalidad en Nochevieja vuelve a la época preCovid en Madrid: 143 reyertas, 156 borracheras y 75 incendios
La Policía Municipal detectó 23 fiestas en locales de la capital donde no se cumplía la normativa
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Poco o nada se acordaron de que aún estamos en pandemia muchas de las decenas de miles de personas que se echaron a la calle a celebrar la llegada del Año Nuevo . Las cifras hablan por sí solas: la sala del 112 recibió un total de 2.234 llamadas, frente a las 3.029 de la Nochevieja de 2019-2020 (último año comparable), pero un 28% más si se compara el dato con el 1 de enero de 2021, cuando estaba vigente el toque de queda por el coronavirus.
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La tónica general, sin embargo y pese a algunos sucesos puntuales, fue el de una jornada «tranquila», según los expertos en emergencias tanto de la Comunidad como del Ayuntamiento de la capital. En toda la región, se registraron, mediante el teléfono 112, 143 agresiones , 75 incendios, 156 asistencias por intoxicaciones etílicas, 44 accidentes de tráfico y 21 infracciones detectadas a este respecto. Lógicamente, todos estos capítulos crecieron, y mucho, sobre el 1 de enero del ya pasado 2021 (entre un 438% y un 52% más).
Sol, sin problemas
En lo que respecta a la capital, la situación también estuvo mano a mano con el final del año 2019: el Samur-Protección Civil gestionó 195 atenciones entre las 22 y las 8 horas, frente a las 220 de hace dos años. Eso sí, el regreso del público, aunque en algo más de un tercio de lo habitual, a la Puerta del Sol durante las campanadas no registró incidentes. Se llegó al máximo de 7.000 personas y los accesos quedaron cerrados a las 23.15 horas , cuarenta y cinco minutos antes de la cuenta atrás. La plaza fue desalojada a la una de la madrugada, para proceder a su limpieza.
Otra cosa bien distinta es el cumplimiento de la normativa Covid, que brilló por su ausencia. Prácticamente, nadie cumplió la obligación de llevar la mascarilla al aire libre , necesaria sobre todo en los casos (como este) en el que no se podía o quería cumplir la distancia de seguridad mínima, de un metro y medio. Las imágenes de las televisiones dejaron claro que la mayoría de esas 7.000 personas no se preocuparon por el altísimo nivel de contagios que persiste, sobre todo de la variante Ómicron. Lógicamente, los policías municipales allí desplegados no podían acabar con la fiesta ni desalojar a tantísima gente; un riesgo que se decidió correr al autorizar que el público volviera al kilómetro 0 a tomarse las doce uvas.
La Riviera y Fabrik
En lo referente a medidas de seguridad y socio-sanitarias en los locales de ocio que celebraban fiestas, la Policía Municipal destinó a 55 agentes expresamente a esta labor. Y descubrieron irregularidades en 23 salas de fiestas , discotecas y bares de copas con licencia para este tipo de eventos.
Un ejemplo claro de la falta de cualquier medida contra el Covid fue la We Party , que, como sucede tradicionalmente, se celebró en La Riviera , con un aforo de 1.800 personas. Los hombres que acudieron bailaron, prácticamente pegados, durante todas las horas del festival de música electrónica sin que se viera ni una mascarilla, como ha podido comprobar ABC. Asimismo, en Fabrik , ya en territorio de la Guardia Civil, los 4.000 asistentes a las fiestas de Fin de Año y de Año Nuevo (para hoy hay prevista una tercera en este fin de semana) también se movieron como quisieron en el conocido como ‘templo electrónico’, situado en Humanes de Madrid.
En la ciudad, la Policía Municipal intervino en 158 domicilios por quejas de ruido , mientras que apenas lo hizo en 16 ocasiones por botellón o consumo de alcohol en la vía pública.
En lo que se refiere a seguridad ciudadana, se produjeron 49 reyertas y cuatro accidentes de tráfico con heridos . El cuerpo local atendió 1.355 llamadas al 092, de las que 770 fueron incidencias gestionadas por los municipales.
Otro dato curioso fue el elevado número de incendios en contenedores, sofocados por los Bomberos de la capital: 40 de los 55 fuegos. Fuentes de emergencias destacaron que la mayoría pudieron ser provocados por el uso de petardos y cohetes.
Abandona a su hijo
Uno de los casos más lamentables fue el de una mujer que abandonó a su hijo de dos años en la terraza de su casa de Villaverde para irse de fiesta. Fue una patrulla de la Policía Municipal la que, sobre las 3.30 de la madrugada, acudió a la zona. Varios vecinos escucharon llorar a la criatura, que gritaba en el balcón ante la ausencia de su progenitora. Los agentes entraron y comprobaron que presentaba síntomas de tener bastante frío.
El piso estaba lleno de suciedad y bebidas alcohólicas al alcance del pequeño. Cuando contactaron con la madre, que llegó borracha a los tres cuartos de hora, reconoció: «Me he ido a tomar algo y dejé al niño al cuidado de una mujer». A la que, sin embargo, no supo identificar. Acabó en el calabozo y el menor en un centro tutelado.