Crimen de Meco: el ADN del acusado estaba en la ropa de Mimi
La Guardia Civil no cree que haya una tercera persona implicada en la muerte
La Guardia Civil trabaja a buen ritmo para recabar más pruebas y apuntalar la acusación de asesinato que pesa sobre Sergio Sáez Medina, de 29 años, por la muerte de Míriam Vallejo Pulido «Mimi», de 25. El joven lleva desde el 16 de agosto en prisión provisional , comunicada y sin fianza, después de que tres días antes fuera detenido en el domicilio de sus padres, en Azuqueca de Henares (Guadalajara), por ser el presunto autor de las 40 puñaladas que acabaron con la que fue su compañera de piso y mejor amiga de su novia, Celia. No creen que haya una tercera persona involucrada.
En el registro del domicilio unifamiliar donde fue arrestado, los investigadores de Homicidios se llevaron la Play Station 3 de Sergio y prendas. Según ha podido saber ABC, el ADN del sospechoso, prueba fundamental contra él, se encontraba en la ropa de Mimi, que, como es lógico, estaba llena de sangre . Y creen que, debido a la vesania con la que actuó, la ropa de él tuvo que quedar también contaminada con la sangre. De ahí que se llevaran la ropa en el registro y que se esté analizando en el laboratorio de Criminalística con la tecnología más puntera para encontrar cualquier rastro, más allá de que él pudiera lavar lo que llevara puesto aquella noche.
La comparativa de los restos biológicos han comprobado que ese ADN era de Sergio. Los especialistas también lo cotejaron con los de los 50 hombres a los que interrogaron a lo largo de la investigación tras haber contactado con el perfil de la víctima en redes sociales (y que cedieron sus ADN de manera voluntaria a la Guardia Civil); pero en todos esos casos el resultado fue negativo.
Lo que ahora intenta la defensa de Sergio Sáez es invalidar esa prueba de cargo. En aquellas fechas, la víctima, su amiga Celia y el supuesto criminal vivían juntos en una casa de Villanueva de la Torre (Guadalajara), en el límite con Meco (Madrid), que es donde fue asaltada Míriam. Su letrado quiere que un perito afirme que, con el pretexto de que hacían la colada de manera conjunta , con sus ropas mezcladas, se produjo una contaminación de los restos biológicos de Sergio en los de la muchacha, o viceversa. Es la estrategia principal para ello.
El hecho de que la detención tuviera lugar siete meses después del suceso, ocurrido el 16 de enero, viene dado también por el interés de desmontar la coartada del sospechoso: que estaba jugando con su Play Station 3 entre las 20.40 y las 20.50 horas del día de autos, cuando se supone que acuchillaron a Mimi mientras paseaba los cuatro perros que tenían en la casa. Los investigadores han tenido que esperar hasta apuntalar las pruebas que refutan este extremo, para comprobar que, aunque la consola de videojuegos permanecía en línea, no se registró actividad alguna en ella en esa horquilla de tiempo crucial.
Chats telefónicos
De la vivienda de sus padres también se llevaron los dos teléfonos móviles de Sergio, un Samsung J7 y un Sony LT 22i. Se ha realizado una primera lectura de los mensajes de los días previos y posteriores al suceso. En ellos no se ha encontrado nada incriminatorio ; apenas conversaciones entre los protagonistas de esta historia del tipo «¿Estáis en casa» y cosas por el estilo. Los terminales están siendo ahora analizados de manera pormenorizada para hallar más indicios inculpatorios, precisaron las fuentes consultadas. Nuestros informantes añaden que es falso que alguien manipulara el Huawei P20 de la chica.
Sobre el móvil del asesinato se sabe que Sergio había sido infiel a Celia con otra chica, pero se sospecha que bien podría haber tenido también algo con Míriam o que lo hubiera intentado y ella lo hubiera rechazado . Y que, debido a la insistencia del encartado, la muchacha le habría advertido de que iba a contárselo a Celia, a quien consideraba una «hermana». La relación entre sospechoso y fallecida se había deteriorado mucho en los últimos tiempos. De ahí que la matara, llevado por el dio . Se cree que no fue un crimen planificado, pero bien es verdad que, en los cuatro interrogatorios a los que ha sido sometido, el acusado se mostró «muy frío»: «No sufre trastorno ninguno». La juez prorrogará al menos seis meses la prisión provisional para que a la Guardia Civil le dé tiempo a recabar todas las pruebas.
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