El Covid ahoga a las peluquerías: «Tenemos la mitad de ingresos»
El sector, castigado por el miedo y la falta de eventos, pide que el IVA se rebaje al 10%
Hace ya un lustro que Reynaldo Guerrero abandonó su trabajo como ingeniero industrial en Venezuela para trasladarse como asilado político a Madrid. Votar un referéndum en contra de Nicolás Maduro fue motivo suficiente para que comenzaran a hacerle la vida imposible en la empresa donde desempeñaba su labor. «Fue una salida forzosa», recuerda 'Rey', que se dedicaba a la fabricación de envases de cerveza y pintura. A sus 45 años, la llegada a la capital española no fue fácil, pero lo que en su tierra era una de sus mayores aficiones, la peluquería, le sirvió para reinventarse, ganarse el sustento diario e incluso enviarle parte de las ganancias a su madre e hijo, al cual sueña con traer algún día. Su trayecto cortando el pelo como autónomo en el local Jenny de la Cruz, junto al Metro de Ciudad Lineal, cumple ya cuatro años, pero la irrupción del coronavirus ha golpeado a su negocio. «Desde la pandemia, los clientes han mermado mucho. Estamos al 50% de lo que había antes . Incluso si antes venían una vez a la semana ahora vienen cada tres. La gente se arregla menos ahora y no salen de fiesta ; eso se nota», apunta a ABC.
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A solo unos pasos de allí, al otro lado de la calle José Arcones Gil, llama la atención un local con la fachada azul eléctrico. Es la peluquería afrocaribeña Kenny, regentada por un nigeriano del mismo nombre. Kenny Uzor llegó hace 25 años a nuestro país y lleva ya 17 con su negocio propio . Nunca antes sus cuentas habían flaqueado tanto. «El trabajo ahora va más lento. El que venía una vez al mes ahora viene cada dos. Calculo que habrá bajado al menos un 40% el número de personas que vienen a cortarse el pelo. Cuando hay confinamiento, llega al 60% », asegura este peluquero, cuyo establecimiento se encuentra en un área que estuvo varias semanas bajo las restricciones de movilidad impuestas por el Gobierno regional.
Estos son solo dos casos, pero representan a cientos otros en la región. Muchos de ellos salieron el pasado lunes a la calle para reclamar ayudas al Gobierno central y una rebaja del IVA, que actualmente está al 21%. La llegada del Covid-19 ha esquilmado la caja de las peluquerías madrileñas , que han visto como un virus cortaba de raíz su volumen de facturación. «A nivel nacional, el sector facturaba 5.200 millones de euros y ahora estamos en 2.800, hay una pérdida importantísima. Los datos reflejan que el 80% del sector está al 50% de sus ingresos , pero es que además el 60% de las peluquerías ha pasado a estar por debajo del 30% de la caja que hacían en la época preCovid. Si el año pasado estábamos mal, este vamos a peor». Son palabras de José Perez , presidente de Peluqueros Unidos de Madrid (PUM), que lleva 40 años trabajando en el sector, 27 de ellos como empresario en la calle de José del Hierro. Él dice que es «el tuerto en el país de los ciegos», pues el año pasado «sólo» tuvo un 10% de pérdidas, aunque en 2021 ya se han disparado hasta el 33%.
Las causas de este desplome, señala, son variadas. « Han muerto muchas personas mayores que son las que más cultura tienen de ir a la peluquería, se ha implantado mucho el teletrabajo y la gente se descuida más, el tema de los impuestos no favorece, con un IVA al 21% , pero sobre todo la falta de regulación en el sector , cualquiera puede montar una peluquería y ponerse a trabajar sin ninguna cualificación. Si no hay regulación, se produce una sobresaturación de peluqueros», lamenta este profesional. «En los últimos años, en Madrid han cerrado 6.400 peluquerías, pero seguimos con una media de 4.000 abiertas. Esto quiere decir que tenemos un sector precarizado en el que constantemente abren y cierran locales », añade.
Las mascarillas, los geles hidroalcohólicos y la desinfección entre cliente y cliente forma parte de la rutina de los locales de cuidado capilar. Aunque las peluquerías tienen las mismas obligaciones sanitarias, no todas han corrido la misma suerte. Pilar García es la franquiciada más antigua de Marco Aldany en la capital, con 21 años de recorrido. Cuenta con tres establecimientos, en la calle de Goya, Cartagena y Diego de León, zonas donde sus residentes tienen un buen poder adquisitivo, pero el virus ha generado mucho miedo y la caja se ha resentido. «Los ingresos en mis peluquerías han caído a la mitad», indica.
Ante una situación tan crítica, el Gobierno regional ha movido ficha recientemente, con el anuncio de ayudas de hasta 3.000 euros para autónomos y de hasta 200.000 euros para entidades afectadas que registren caídas de al menos de un 30 por ciento de su facturación, entre las que se incluyen peluquerías y centros de estética. Este martes, el Congreso de los Diputados aprobó sendas Proposiciones No de Ley (PNL) del PP y ERC exigiendo la recuperación del IVA reducido en el sector de la imagen personal. Pilar cree que esa es la clave para salir del atolladero. «Si el sector ya estaba tocado por la subida del IVA del 10 al 21% que tuvo lugar en 2012, ahora ya estamos muertos. Cada día veo más peluquerías cerradas. Necesitamos que bajen urgentemente los impuestos . Si somos un sector esencial, y por supuesto que lo somos, tenemos que tener el IVA reducido que teníamos antes», manifiesta.
Algunas excepciones
No muy lejos de allí, en plena Milla de Oro, Esther González comparte la necesidad de la rebaja fiscal. Esta peluquera con 17 años de experiencia montó su negocio hace cuatro y la gente ha respondido. «Tenemos una clientela muy fiel y cada vez por redes sociales nos va conociendo más gente», explica desde su local en la calle de Serrano. Por sorprendente que parezca, el Covid no le ha trastocado notablemente los ingresos. « Nosotros no nos podemos quejar. El hecho de que no haya eventos y la gente no salga por la noche sí que se nota, pero la gente tiene ganas de verse bien. Respecto a la caja, estamos en la línea de la época anterior al coronavirus y en este principio de año está despegando otra vez la cosa», detalla la propietaria de Carche. Igual que Esther, otros empresarios están logrando pasar de puntillas por la crisis económica que está dejando la pandemia, pero no representan al global del sector. La situación es dispar en función del enclave en el que se sitúa la peluquería, pero el sentir general es que están en una situación de emergencia, y que solo unas medidas favorables permitirán la subsistencia de muchos de estos espacios que dibujan la región.