El coronavirus visto desde Usera, el «Chinatown» de Madrid
La aparente tranquilidad que impera en el enclave contrasta con la venta masiva de mascarillas
![Tres jóvenes asiáticos caminan por el interior de la estación de Usera](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/02/02/chinos-metro-usera45-kuFG--1248x698@abc.jpg)
A simple vista, nada hace pensar que el barrio de Usera, conocido desde hace años como el «Chinatown» madrileño, ha mutado su fisonomía ante la epidemia global desatada por el coronavirus. Por sus calles, además de los farolillos rojos colocados para dar la bienvenida al Año de la Rata, son miles los chinos que caminan inmunes a cualquier tipo de psicosis . Las mascarillas brillan por su ausencia y el número de transeúntes, en palabras de los comerciantes más longevos, «no parece haber bajado». Pero las apariencias, a veces, engañan.
Lejos de la superficie, la comunidad asiática que puebla la zona agotó la semana pasada las mascarillas de farmacias y bazares, a fin de enviárselas por mensajería a sus seres queridos. «Algunos compraron una o dos, pero otros se las llevaron a montones», señala una farmacéutica, muy cerca del mercado de Usera. Allí, un tendero no observa grandes diferencias respecto a otras épocas del año: «Los chinos compran poco aquí, normalmente van a otro tipo de superficies para hacer acopio».
Costumbre o no, por la puerta de esta galería comercial deambula a diario buena parte de la población del barrio. «Al estar la salida del metro, es normal ver a algunos chinos con la nariz y la boca tapadas», resume un vendedor de la Once, apostado en el enclave: «Pero eso es algo anterior al coronavirus. Normalmente, se ven más los días de mayor contaminación». Dentro del suburbano, añade un vecino, también es habitual encontrar orientales con el rostro cubierto «para proteger su respiración».
A pesar de los años de arraigo de la sociedad china en la capital, la desconfianza y el alto grado de introversión continúan siendo dos de sus principales señas de identidad. Cuestionados por la infección, los asiáticos suelen escoger entre no responder o, con cara de póquer, limitarse a demostrar que no entienden una palabra de castellano. «Es su carácter. Se piensan que les van a robar o hacer algo malo», advierte un transportista, mientras descarga la mercancía en un «todo a cien» con el rótulo adornado por un dragón.
![Una tienda muestra en su escaparate las codiciadas mascarillas](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/02/02/mascarillas45-kKFI--510x349@abc.jpg)
Poco a poco, las remesas de mascarillas están volviendo a los comercios, donde, en función del tipo de protección, se venden en paquetes por valor de dos a cinco euros. «Las de papel son las más baratas», cuenta una dependienta, que limita su función a informar de los precios: «Esta mejor, pero más cara». La puesta en marcha de un programa para racionar estos artilugios por parte del Gobierno de Shanghái ha provocado el envío masivo desde fuera de sus fronteras. Hasta el punto de que en esta parte de Madrid se ha detectado un singular mercado negro, alimentado por la reventa.
Las agencias de viajes también han visto alterada su actividad, con cancelaciones masivas de familias que habían planeado reunirse en Madrid o en el propio país asiático. A ello se suma la anulación de tres eventos programados para este fin de semana con motivo de las celebraciones del Año Nuevo chino. Por «razones técnicas», la Embajada de la República Popular China suspendió ayer la jornada cultural «Feliz Año Nuevo chino 2020», un ciclo de cine y una feria tradicional del gigante asiático en la plaza de Colón, que se iba a extender hasta la noche de hoy.
Usera, hogar de unos 10.000 chinos, representa el corazón de un colectivo con cerca de 30.000 inmigrantes en la región, solo por detrás de rumanos y marroquíes. Fuera de la capital, el polígono de Cobo Calleja (Fuenlabrada) supone el espacio industrial asiático más importante de toda Europa. El complejo cuenta con 167 hectáreas, medio millar de empresas y alrededor de 10.000 trabajadores. Un gigante que mira con cautela la propagación del coronavirus.
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