El coronavirus se cobra sus primeros comercios: «Quisimos aguantar, pero los gastos y la incertidumbre ya son inasumibles»
Negocios de éxito como la librería Los Editores o la tienda de tortillas en lata de la Plaza Mayor se ven forzados a cerrar
El pasado 19 de marzo Philippine González-Camino tenía cita ante el notario para firmar el traspaso de la librería Los Editores (calle de Gurtubay, 5) a su compañera Pilar Eusamio. El estado de alarma decretado apenas unos días antes por el Gobierno central truncó todos sus planes. «Luego queríamos irnos a comer por ahí las dos y celebrar ese cambio de manos, ¿te acuerdas?, un cambio, decíamos, que sólo iba a serlo en el papel porque ahí seguiríamos las dos por siempre», cuenta Eusamio en uno de los correos electrónicos que se intercambió con González-Camino días antes de decidir bajar la persiana de su negocio de forma definitiva. Negocios de éxito como el suyo han tenido que clausurar ante la escalada de deudas que acumulaban en estos 40 días de confinamiento.
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Tras cinco años colmando el barrio de Salamanca de actividades culturales, Los Editores es la primera librería que dice adiós en la capital. Cada día de puertas cerradas les ha pesado como una losa, ha sido un suplicio para las propietarias. «Hace unas semanas tenía el toro cogido por los cuernos y me comía el mundo. Ahora, semanas después y tras evaluar todo lo que está ocurriendo, tengo que pedirte que cierres un negocio que está siendo muy costoso y nos va a arruinar y no hablo de dinero», lamentaba Eusamio en su carta de respuesta. A pesar de la pésima noticia, Eusamio prefiere quedarse «con todo lo bueno» que le trajo emprender esta ilusión. «Siento un orgullo enorme por haber formado parte de un proyecto alucinante con más de cien actividades al año. Entre todas hemos creado una comunidad de personas con las mismas inquietudes, con las que compartimos horas y horas de vida, los mejores clientes del mundo», resume la editora con nostalgia.
Con la misma ilusión que las dueñas de Los Editores, Patricia Álvarez y Guillermo Pérez, emprendieron en 2018 un negocio innovador, que el coronavirus ha cercenado en plena expansión. Idearon una forma de convertir un plato típico español, la tortilla de patatas, en un «souvenir» con el que poder exportar el sabor de la capital. La magia de Memories Of Madrid (Plaza Mayor, 24) residía en el envoltorio. Las tortillas se conservan hasta cinco años en aceite de oliva en latas. Cada uno de estos originales recipientes está dedicado a un año concreto desde 1939 a 2020 y se incluye un acontecimiento emblemático que ocurrió en esa fecha y personajes famosos que nacieron en ese periodo.
Los colores vivos de sus latas llamaban la atención de los cientos de turistas que cada día paseaban por la Plaza Mayor . Desde que se decretó el estado de alarma, a pesar del comercio «online», las ventas se desplomaron y mantener un alquiler en este lugar emblemático de Madrid se ha tornado en misión imposible. «Estábamos súper contentos, siempre había gente en la tienda, pero esta situación nos ha colapsado. Hemos tenido que tomar decisiones porque el turismo no se va a reactivar pronto», explica a ABC Álvarez, que destaca que era un negocio que estaba creciendo, ya que acababan de abrir una delegación en Segovia y otra en Marbella.
En plena expansión
«No cerramos con la idea de no volver a abrir. Quisimos aguantar, pero los gastos y la incertidumbre ya son inasumibles», comenta la dueña, rodeada ahora de las 10.000 latas que les quedan de stock para vender por liquidación. Que baje esta persiana implica también que seis personas del equipo se quedarán en paro. «Les mantuvimos el mes de marzo, dimos vueltas a todo, pero el turismo no volverá hasta 2021. Así que, con toda la pena del mundo, toca cerrar», expresa, con lamento mientras empaqueta los últimos pedidos.
Ellos son sólo dos ejemplos de los negocios que se han visto obligados a tirar la toalla tras llevar al límite sus ahorros. Son los primeros que se han quedado atrás. Pero, lamentablemente, no serán los últimos. Sólo en empleos directos se destruirán 60.500 puestos de trabajo hasta el 9 de mayo, cuando está previsto que finalice el estado de alarma, según el informe presentado esta semana por el Ayuntamiento de Madrid con el Colegio de Economistas y Ceprede. Pero esta cifra podría llegar a superar los 83.000 si el confinamiento se prolongase otro mes más. Ese aumento del paro generaría un efecto dominó si se suman las pérdidas indirectas que podría elevar la caída de empleo hasta los 108.000 (hasta el 9 de mayo); y a los 145.000, si se alargasen las restricciones hasta junio. Un panorama desolador que ya tiene nombres y apellidos.