Mad Cool 2018, en estado de trauma: «Tras el caos de ayer, todo el mundo llega apagado»

La segunda jornada del festival arranca sin apenas retenciones de público, en contraste con lo acontecido 24 horas antes

Los asistentes del Mad Cool vuelven al recinto por el túnel de Ifema Fotos: Isabel Permuy
Aitor Santos Moya

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Superada la resaca inicial, miles de asistentes han regresado esta tarde al Mad Cool con el susto aún metido en el cuerpo. El caos acontecido en la primera jornada , con esperas de más de dos horas, atascos kilométricos, golpes de calor y una muchedumbre encendida que llegó a tirar varias vallas ante la masiva acumulación de gente, continúa en boca de todo el mundo.

Ni la mágica actuación de Pearl Jam o el derroche sobre el escenario de Kasabian ha logrado rebajar el enfado de un público fiel, «maltratado» por el despropósito de la organización. « La liaron pero bien », protesta amargamente un grupo de jóvenes en el acceso habilitado desde la estación de Metro de Feria de Madrid. En ese punto, se vivió ayer una de las escenas más flagrantes de la jornada, con una multitud apelotonada a la espera de cambiar su entrada por una de las pulseras que da entrada al festival. « Mientras estábamos parados a pleno sol, veíamos que cada vez se acumulaba más y más gente por detrás », recuerda Marco, un italiano de vacaciones en la capital.

La fila de canjeo, esta vez, apenas existió. «El 80 por ciento recogió ayer su abono de 3 días», precisó esta mañana a ABC un portavoz del festival, quien lamentó el trastorno ocasionado a los asistentes y agradeció el trabajo de la Policía Municipal y Nacional para contener la situación. Aunque el reguero de público fue igual de constante, los ánimos bajaron mucho más calmados. «Tras el caos de ayer, están todos apagados», relata una pareja recién llegada desde Zaragoza para vivir un fin de semana frenético.

El camino desde el Metro, donde ayer se produjeron las avalanchas

La seguridad del festival ha sido reforzada, estableciéndose un carril de vallas en el túnel que pasa por debajo de la M-11 para evitar que los caminos de ida y vuelta se crucen. Los operarios del festival se esfuerzan, además, en prevenir a los asistentes ante cualquier incidencia posible; e, incluso, el sol justiciero del jueves está dando cierta tregua durante algunos momentos.

«Hemos tardado 10 minutos en recorrer el mismo camino que ayer hicimos en hora y media», explican José, Carlos y Mar, sin entender aún por qué no se habilitaron más accesos. «Estábamos avanzando por el camino desde el Metro y la gente de seguridad iba haciendo parones. Hubo un momento en que la gente estaba tan retenida, que tiraron las vallas para acortar y no tener que seguir la ruta marcada », señala otro seguidor en la entrada más cercana a la parada de Cercanías.

Precisamente, la espera en ese punto también está resultando mucho menor. «A esta hora, la cola bordeaba hasta el parque de Valdebebas y ahora solo llega hasta la carretera de la estación de tren; habré tardado una media hora en entrar », resalta Jacqueline, mientras espera a que su amigo Ricardo sea cacheado. El tráfico, por su parte, está siendo más fluido y solo algunas retenciones provocadas por los taxis y los vehículos VTC, principalmente, recuerdan a lo vivido 24 horas antes.

Varios seguidores descansan en el interior del recinto

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