Controles aleatorios de PCR en Barajas: «No entiendo que sean obligatorias y luego no las pidan»

Los viajeros procedentes de países de riesgo deben llegar con una PCR negativa, que muestran en un control aleatorio

La Guardia Civil controla, ayer, la llegada de turistas en la Terminal 4 de Barajas Isabel Permuy

Carlota Barcala

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Ana arrastra, ayer a media mañana, dos maletas de grandes dimensiones por el suelo de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Sobre ellas, en una bolsa de plástico, guarda una preciada carpeta: en su interior lleva el documento oficial de un laboratorio francés que descarta que padezca coronavirus. Procedente de Toulouse, su destino final es Santo Domingo . «Me parece bien que los gobiernos tomen medidas para frenar la transmisión, lo que no entiendo es que a los viajeros de paso también se nos pida. No nos vamos a quedar en Madrid, solo hacemos escala aquí», opina.

Por prevención y para «evitar cualquier problema», ella decidió someterse al test que, en su caso, fue una prueba de antígenos. Según cuenta, el Ejecutivo galo la autorizó hace diez días, como si de una PCR se tratase, para descongestionar los laboratorios. «Solo me han pedido que les muestre el código QR , pero no el papel. Imagino que ahí ya les vendrá que soy negativo», afirma sobre las medidas de seguridad y los requisitos a los que se tuvo que someter al bajar del avión, ya en territorio español. Entre ellos estaba el control de temperatura, el visual y el formulario previo al viaje, pero ni rastro (como a muchos otros viajeros) del justificante negativo del test. Lo cierto es que el QR, por su parte, tan solo consiste en una especie de declaración jurada en la que el turista asegura que los días previos al viaje no ha tenido síntomas ni contacto con un contagiado, algo que ya se hacía.

El aeropuerto de Madrid amaneció en la primera jornada de pruebas obligatorias, como viene siendo habitual desde el inicio de la pandemia, con poco tránsito. A primera hora, la mayoría de aviones que aterrizaba en la T4 procedían de territorio nacional. Los internacionales llegaban a cuentagotas dejando un escenario prácticamente desértico en la terminal que otrora aglutinaba la mayoría de operaciones.

Priscillia es estudiante de Odontología. Natural de Marsella, regresó ayer a Madrid para seguir las clases presenciales. «No me han pedido que muestre la PCR», explica la joven: «Tan solo me han tomado la temperatura con las cámaras que hay colgadas a la llegada». A ella le solicitaron la prueba antes de subirse al avión, en Francia. «Si no, tenía que volver a mi casa. La mayoría de gente la llevaba hecha», cuenta. Como todos los demás, rellenó de manera «online» el formulario en el que garantizaba que no había sufrido tos, fiebre u otras dolencias asociadas al patógeno . «No sé si hay gente a la que le piden el justificante. A mí ni siquiera me han exigido que muestre el código QR», concluye.

Con esta versión coincide Aurélie, procedente del mismo lugar. «En Francia, la prueba es gratuita, la cubre la Seguridad Social. No me han pedido que enseñe nada», manifiesta. En su caso, la Guardia Civil la paró para preguntarle de dónde procedía y la dejaron continuar. «Me parece bien que las exijan, pero no entiendo que sean obligatorias y al llegar aquí no las pidan», zanja. En el aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas el control de los test negativos se realizó de forma aleatoria, de ahí que muchos de los pasajeros no tuvieran que enseñarlo.

Multa de hasta 6.000 euros

A pesar de esto, tener la PCR negativa y poder acreditarlo es una exigencia del Gobierno de Pedro Sánchez desde este lunes para turistas procedentes de 65 países. La medida se hizo esperar y se suma a las impuestas para tratar de frenar la transmisión del Covid-19. Asimismo, se añade en los aeropuertos y puertos al control visual y de temperatura. Los viajeros tendrán que someterse a ella 72 horas antes de pisar España y, en caso de no hacerlo, se enfrentan a una multa de hasta 6.000 euros, además de realizarse a una prueba de antígenos aquí.

El listado de países afectados, que se revisará cada quince días, se publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 11 de noviembre. Se consideran de riesgo aquellos que, dentro de la Unión Europea (UE), superen los 150 casos por 100.000 habitantes. Entre otros, incluye a Francia, Alemania, Grecia, Eslovenia, Italia, Luxemburgo, Portugal, Malta y Países Bajos. Fuera de la UE algunos de los afectados son Colombia, Costa Rica, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Jordania, Marruecos, Puerto Rico, Reino Unido y Argentina.

De este último es Verónica, que aterrizó en Barajas pasado el mediodía. A ella y a sus compañeros de avión, a diferencia de lo sucedido con los llegados de Francia, sí les pidieron el resguardo. «Me han sorprendido para bien las medidas. Hace dos meses vine por última vez y ahora veo más seguridad, gente controlando y medidas higiénicas », subraya la mujer, que viene a visitar a su hijo. «Toda iniciativa es buena. No queda otra. Me parecía raro que muchos países lo pidieran y aquí todavía no fuera obligatorio», prosigue: «Cualquier persona podía venir contagiada, así al menos te aseguras de que no lo hacen».

En el banquillo contrario, en el de los viajeros fuera de este requisito, se encuentra el chileno Robinson. «Pensé que para nosotros también era obligatorio. No entiendo que nos dejen fuera. Para entrar a Chile te obligan a hacértela y, si no la llevas, tienes que guardar cuarentena », explica, convencido de que así debería ser en todos los territorios.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación