Así contó ABC la inauguración del Hotel Ritz: «Un hotel de primer orden mundial»

La inauguración -con orquesta de “tziganes” incluida y «magnífico “buffet”»- de un edificio de piedra, ladrillo y acero de 30.000 pies cuadrados de extensión en el paseo del Prado el 2 de octubre de 1910 no fue baladí, sino un esperado acontecimiento para la Realeza y sociedad de la época . Madrid se vistió con sus mejores galas, la ocasión así lo requería, a la ciudad le hacía falta un gran hotel. El Ritz se convirtió, desde el primer momento, en un «hotel de primer orden mundial» fruto de la «apremiante necesidad para evitar el retraimiento de “touristas”» notado en la capital, tal y como recoge la crónica publicada en ABC el día siguiente.

«Consta el hotel de nueve pisos (...) y en cuanto tuvimos el gusto de visitarle produjo la mejor impresión la prolijidad con que están provistos todos los detalles», relata el cronista, en un largo escrito que da buena cuenta del esmero y buen gusto con el se decoraron los 180 cuartos.

Los suntuosos muebles fueron de roble mate, de estilo inglés; la ropa blanca, de cama y mesa, de hilo. En todas las estancias había carpetas de piel y sobres, y hasta un servicio de intérpretes de todos los idiomas. «En suma, todos los servicios forman un conjunto que responde a la característica de los Hoteles Ritz, que es la comodidad y el buen servicio», continúa el cronista. La importancia de la puesta en marcha del complejo fue tal que se consideró un «asunto de importancia y obra de patriotismo».