El consejero de Sanidad de Madrid salva la reprobación con el apoyo de su «rival» Reyero

Unidas Podemos forzó el voto secreto y animó, sin éxito, a los diputados de Cs de romper la disciplina de partido y votar contra el consejero de Sanidad

Díaz Ayuso, sentada junto a su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. A la izquierda, Alberto Reyero EP

Sara Medialdea

El Gobierno regional de Madrid se comportó ayer en el pleno como un bloque: los diputados de PP y los de Cs votaron a la par , y apoyados también por los de Vox, en contra de la reprobación del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero , que había propiciado Unidas Podemos. Este grupo llamó a votación secreta –que se hizo por vía telemática– e invitó abiertamente a los diputados de Cs a romper la disciplina de voto, pero a pesar de los rumores que circularon durante toda la jornada sobre ausencias de última hora, su estrategia no tuvo éxito, y la reprobación decayó.

Detrás está la gestión de las residencias de mayores durante la pandemia, y también el enfrentamiento abierto entre los responsables de Sanidad y de Políticas Sociales –éste último, Alberto Reyero (Cs)– por esta misma gestión. Ruiz Escudero (PP) defiende que se han medicalizado centros y ha sido el principal señalado en la polémica por los protocolos que especificaban los criterios para derivar ancianos de residencias a hospitales durante la pandemia. Reyero dijo de ellos que eran «poco éticos y probablemente tampoco legales». Aunque el choque entre ambos políticos ha sido público, a la hora de la verdad Reyero –que estuvo ausente durante el debate de la reprobación– entró en el hemiciclo y votó a favor de su compañero de Gobierno, como todos los demás.

Y eso que durante las horas –y jornadas– previas al pleno de ayer, en que se votó la reprobación, desde las filas populares se aseguraba que existía la posibilidad de que Reyero no se presentara a la votación, o se abstuviera en la misma. Portavoces de Ciudadanos negaban la posibilidad: «Una cosa es lo que ha vivido y denunciado, y otra reprobar a un compañero de Gobierno». Aseguraban que todos los miembros de Cs votarían unidos con el Gobierno del que forma parte en coalición el partido naranja.

El PP ha acusado a la oposición de haber visto «una oportunidad» en esta crítica mientras «estaban muriendo cientos de ancianos»

Es más, señalaban el malestar de Reyero con esta situación y con que algunos le adjudicaran el papel de «traidor» o de persona dispuesta a saltarse la disciplina de voto de su partido por una cuestión personal. «Eso le ha dolido en lo personal», reconocen.

El debate fue el remate de un pleno que, por la situación de pandemia, se realiza aún con restricción de presencia y sólo 70 de los 132 diputados . Desde Unidas Podemos se pidió que la votación fuera secreta y en urna, pero dado que la situación sanitaria desaconsejaba la manipulación de papeles, el presidente de la Asamblea, Juan Trinidad, optó por una votación telemática en la que sólo se reflejó el resultado final, y no quiénes emitieron cada voto. Pero ni así varió el resultado: 36 votos –los que corresponden a diputados de PP, Cs y Vox– en contra de la reprobación, y 34 –los de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos– a favor.

Dos bloques

Las posturas quedaron muy claras desde el principio:un bloque a favor de la crítica al consejero Ruiz Escudero, y otro en su defensa cerrada. La diputada de Unidas Podemos Paloma García cargó contra los protocolos de derivación de mayores de residencias a los hospitales, y los ha calificado de «criterios de exclusión, órdenes para prohibir la atención sanitaria, una decisión política que se llama eugenesia». Animó en dos ocasiones a los diputados de Ciudadanos a saltarse la disciplina de voto y votar «si» a la reprobación, entendiéndolo como un duelo entre ambos consejeros: les pedía apoyar a Alberto Reyero, que «ha sido valiente» al denunciar la gestión.

Más Madrid criticó al consejero por «haber elegido ser el escudero de Ayuso en la batalla contra Pedro Sánchez»

La doctora Mónica García, de Más Madrid, fue también muy crítica con el trabajo de Ruiz Escudero durante la pandemia, donde a su juicio ha elegido «ser el escudero de Ayuso en la batalla contra Pedro Sánchez».

En el PSOE, el ataque se centró en que «los únicos competentes durante todos estos meses han sido ustedes, y los responsables; no busquen escurrir el bulto», insistía la diputada socialista Pilar Sánchez Acera. A su juicio, las residencias «no tuvieron medicalización, quedaron abandonadas. Llegaron tarde», concluyó.

Nota en el «casting»

Desde el grupo popular, el también médico Eduardo Raboso fue el encargado de defender la labor de su compañero de filas, Enrique Ruiz Escudero. Lo hizo dando primero «un siete» a Sánchez Acera como «nota» en el «casting» que, dijo, está haciendo el PSOE en busca de un portavoz adjunto con más mordiente que Ángel Gabilondo. Raboso insistió en que los protocolos los aplican siempre médicos con criterios clínicos, y aseguró que atacar por este frente es «una cortina de humo». Acusó a la oposición de haber visto «una oportunidad» en lanzarles esta crítica mientras «estaban muriendo cientos de ancianos».

En nombre de Ciudadanos, Enrique Veloso contestó con datos la acusación de no haber trasladado ancianos de residencias a hospitales: se hicieron, dijo, más de 11.000, y citó el caso del Hospital de La Paz, donde «de 2.226 pacientes de fin de febrero a 19 abril, el 32 por ciento de pacientes, 709, provenían de residencias de mayores». Gador Joya (Vox) insistió en hacer, antes de reprobar a nadie, la comisión de investigación de residencias, en la que comparezcan «todos los que tienen responsabilidad», incluido Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno.

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