Condenado a trece años por matar a martillazos a su madre: «Lo hice porque la odiaba»
Aunque confesó el crimen y mostró arrepentimiento, la sentencia dice que actuó «de modo premeditado y planificado»
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a trece años de cárcel a un hombre que mató a su madre a martillazos en julio de 2015. Fernando Luis U. J., de 48 años, actuó con «ánimo de privarle de su vida» y golpeó repetidamente en la cabeza y en el tórax a su madre, María Milagros J. U., de 72 años y enferma de cáncer, ocasionándole un shock traumático que la mató en el acto.
La sentencia detalla que el condenado, culpable de asesinato con agravante de parentesco y atenuante de confesión y reparación de daño, obró «de modo premeditado y planificado , por la espalda, por sorpresa, con la finalidad de que no tuviera posibilidad de defenderse ni de evitar la agresión». Después llamó por teléfono a la Policía para confesar el crimen.
La defensa del acusado esgrimió que padecía un trastorno mental que le eximía de responsabilidad penal. Sin embargo, el juez asegura en su veredicto que en el momento de los hechos «tenía suficiente uso de razón para saber que estaba privando de libertad a su madre y que quería hacerlo».
«Algo estalló en mi cabeza»
Durante el juicio, Fernando Luis U. J. declaró que «algo estalló en la cabeza» cuando su madre le comunicó que acababa de fallecer su padre y se vio incapaz de ocuparse de su madre enferma al no tener recursos para ello. «No sé lo que se me pasó por la cabeza. La odiaba, pero no hasta el extremo de desear matarla », dijo. A su llegada al domicilio, los agentes de la Policía Nacional se encontraron al hombre desnudo, repleto de sangre y sentado con el arma homicida en la mano al lado de su madre. En su llamada manifestó: «He matado a mi madre porque la odiaba».
«Estaba dormido y mi madre me despertó para darme la noticia del fallecimiento de mi padre , con quien me unía una gran amistad. Me dejó en un estado de dolor absoluto. Mi madre estaba enferma y hice algo que no había hecho nunca, agredir a una persona y con un objeto contundente. ¿Por qué? Porque no me llevaba bien con ella. Lo hice porque vi que se me caído el mundo encima y tenía que cuidar a una persona invalida sin recursos. Hice una salvajada increíble y vi la facilidad que tiene el ser humano para matar a otro», reconoció durante el juicio sobre los hechos, acontecidos el 31 de julio de 2015 en el domicilio familiar, situado en la calle de Lombía, en el distrito de Salamanca.
«Es muy fina la línea que separa el odio a la muerte», agregó el condenado, quien ya agredió en 2007 a su progenitora. Tras ello, dijo que fue consciente cuando vio toda la sangre y admitió que su madre estaba destrozada como consecuencia de los fuertes golpes. «Maté a la persona que me dio la vida. No puede haber nada peor », agregó indicando seguidamente que estaba totalmente arrepentido, a pesar de que la relación no era buena.
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