Clases en «streaming» en tiempos de Covid
Hay ya más de 7.000 y pronto se duplicarán, para dar acceso a las aulas a los estudiantes de ESO y Bachillerato
El inicio del curso en Madrid coincidió con el arranque de una segunda ola del coronavirus que llegó a su «pico» máximo a mediados de septiembre. El Gobierno regional dio el pistoletazo de apertura de las aulas sabiendo lo complicado de la situación epidemiológica ; por ello, se planteó desde el primer día la instalación de cámaras en las aulas para poder dar clase a los que no pudieran acudir físicamente. Se prometieron entonces 6.000 cámara, y, según datos de la Consejería de Educación , ahora hay instaladas 7.700, y otras 6.100 están en camino.
El anuncio que en agosto realizaba la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, de compra de más de 6.000 cámaras se ha materializado en las 7.700 que ya están instaladas en centros educativos, según los datos de la Dirección General de Infraestructuras de la Consejería deEducación. Además de ellas, también se está tramitando la adquisición de otras 6.100 cámaras adicionales.
Con ellas, se está prestando servicio a aquellos alumnos de los cursos últimos de la ESO y de Bachilerato que, según el plan de vuelta al cole, tienen una asistencia semipresencial a las clases. Esto se ha traducido en la práctica en que las clases se dividen en dos mitades, que no coinciden físicamente en las aulas para evitar los contagios. Cada centro ha decidido de qué manera llevaba esto a la práctica.
En el instituto Marqués de Santillana, de Colmenar Viejo , se han organizado dividiendo cada día en dos turnos. Lo explica su director, Santos Callejo: «Hay semipresencialidad en los cursos 3º y 4º de la ESO y en los dos años de Bachillerato. La mitad vienen a clase desde primera hora hasta antes del recreo; y la otra mitad, desde el recreo al final de la jornada. Así, cada día lectivo, y de este modo van rotando los dos grupos».
Semipresencialidad
Otros centros han elegido la vía de que la mitad de las clases acudan un día a clase mientras la otra mitad se queda en casa, y van al día siguiente. Es la manera de cumplir con esa semipresencialidad que obliga, en todo caso, al 50 por ciento de los alumnos a seguir parte de las clases desde la distancia .
«Nosotros, en el Marqués de Santillana, hemos preferido dividir el día en dos turnos, porque así los chavales tienen que venir todos los días a clase, lo que nos parece importante». De este modo, hay un grupo de alumnos siguiendo las explicaciones de los profesores de manera presencial, y otro que las sigue desde su domicilio, vía «online». Y ahí es donde entran en juego las cámaras que ha proporcionado la Consejería de Educación, que dirige Enrique Ossorio .
«Primero hemos utilizado las cámaras del propio ordenador que hay en cada clase», señala Callejo. Con este elemento, puesto en marcha desde el inicio de cada clase, «los alumnos pueden ver en casa las presentaciones, la pizarra y al profesor». Obviamente, reconoce, en ocasiones el método da lugar a algunos tropiezos:«El que te dice que no oye bien o cosas así; al fin y al cabo, es un “ streaming ” (una retransmisión en directo) con 30 personas».
Ya iniciado el curso, «tuvimos acceso a otras cámaras de más calidad, que situamos frente a la pizarra. Yestamos aceptablemente contentos con el sistema. Como la presencialidad no hay nada, claro, pero este sistema permite que todos los alumnos reciban la misma información, y al mismo tiempo». De hecho, el uso de las nuevas tecnologías en clase es algo que ya se había iniciado en el último trimestre del curso pasado, obligados por las circunstancias, el confinamiento por la aparición de la pandemia por Covid-19 . «Sí, ya estábamos algo rodados por ese final del curso anterior».
La respuesta de los chavales ante esta nueva modalidad de estudio a distancia e intermitente , que utilizan cada día, está siendo muy buena:«Los chicos se están comportando muy bien, se han hecho muy responsables». Son ellos los que deciden si se les ve en la pantalla del ordenador o no;«eso lo decide cada cual, explica Callejo. Y a través del sistema de cámaras «no sólo siguen la clase, sino que también pueden intervenir o hacer preguntas si no entienden algo».
En ocasiones se producen problemas técnicos, «algún problemilla de conexión», pero «no va más allá de lo que pasaba antes, cuando faltaban tizas o cualquier otra eventualidad», indica el director. Él mismo da clases a diario por este procedimiento y asegura que «para ellos es como estar en clase;la misma mecánica».
No obstante, tanto alumnos como docentes esperan que la situación mejore y «se vuelva al sistema clásico», aunque esto no parece algo posible en el corto ni quizá en el medio plazo. Poder retomar la totalidad de las clases presencialmente, advierte Callejo, «lo veo complicado, porque a ver cómo nos organizaríamos todos los alumnos en el patio, en un centro grande como es este; habría problemas de falta de espacio físico», avisa.